Ya tenemos nuestra propia IA, que se llama ALIA
La semana pasada tuve ocasión de asistir a una conferencia sobre inteligencia artificial (IA) que se impartía aquí, en Santiago. Como cualquier persona que esté interesada en temas actuales, fui con la esperanza de encontrar alguna solución a mis dudas. Pero, contrariamente a esto, el conferenciante no me ayudó en nada. El conferenciante era tan poco didáctico que solo enunciaba categorías, pero no las describía, que es lo que se espera de alguien que va a explicar, desde la práctica, cuáles son las características de la IA y cómo sus usuarios pueden manejarla o resolver los problemas iniciales con los que se encuentran.
A pesar de todo, y como yo suelo ser bastante positivo, me llamó la atención que España ya disponga de su propia IA, más allá de ChatGPT y otras que ya funcionan desde hace algún tiempo. Así que, a partir de ahora, y después de recoger información de algunos medios que ya habían informado sobre ALIA —que es como se llama nuestra IA patria, les diré que ALIA es una iniciativa pionera en la Unión Europea con la que el Gobierno español busca proporcionar a la sociedad una infraestructura pública de recursos de IA. Dichos recursos abarcan desde modelos de lenguaje abiertos y transparentes que impulsen y fomenten el uso del castellano y de las otras lenguas cooficiales (gallego, catalán, valenciano y euskera) en el desarrollo y despliegue de la IA en el mundo.
Como se puede comprender, este proyecto se inició hace ya algún tiempo, concretamente en 2019, sobre la base del Plan de Tecnologías del Lenguaje, el proyecto AIMA, que fue impulsado por la Generalitat de Catalunya y el ELENIA de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, con una finalidad claramente pública. El año pasado, la puesta en marcha de ALIA supuso la creación de una de las plataformas para el desarrollo de los idiomas mencionados anteriormente y también se alineó con el Programa de la Década Digital de la Unión Europea, que guía su transformación digital hacia una soberanía tecnológica propia, que, como estamos viendo, es una de las máximas prioridades de las sociedades avanzadas en estos momentos.
La IA española no solo está pensada para nuestro territorio, sino también para enriquecer los patrimonios lingüísticos futuros de quienes comparten nuestras lenguas. Una de sus mayores potencialidades es que, al ser de código abierto, es decir, de utilización gratuita, permite que mucha otra gente de cualquier lugar del mundo pueda usarla sin restricciones, algo que se hace gracias a las capacidades de la supercomputación del Barcelona Supercomputing Center, con las que se refuerza la soberanía tecnológica de España y Europa en el desarrollo de una IA transparente, responsable y al servicio de las personas y de las empresas.
Pero, como cualquier otra tecnología, requiere la aplicación de sus usuarios para poder adaptarse a sus necesidades y competencias. Así, en sus inicios, una usuaria había comprobado que la web alia.gob.es no utilizaba el protocolo HTTPS, con el que se identifica a las webs seguras, y que añade una «s» final al código HTTP, para advertir de que se está garantizando la seguridad del usuario.
Como decimos, estamos preparándonos para que nuestra comunicación sea segura, abierta y responsable frente a otras tecnologías como la china Deepseek (que se podría traducir por Búsqueda profunda), que, aunque participan de algunas de esas bases, no lo hacen de todo y están sesgadas en algunos conocimientos.
José Manuel Suárez Sandomingo