Un libro trata de desmontar los “bulos en la Educación” y el discurso de la meritocracia
El nivel educativo alcanzado depende en un 80% de las circunstancias al nacer y de los recursos económicos de la familia. Esta es una de las conclusiones del libro Educafakes: 50 mentiras y medias verdades sobre la Educación española (Capitán Swing, 2024) que acaban de publicar y que avisa de que en el mundo educativo «existen muchos agentes interesados en que se desarrollen bulos». «Se hacía necesario dar mensajes contrapuestos», señala Daniel Turienzo en una entrevista con Efe donde explica que el objetivo es hacer reflexionar a la sociedad sobre cómo ha evolucionado la Educación, qué beneficios o no puede tener una Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) común, o cómo se financia la enseñanza concertada y privada. Todo ello, pasando por apuntar que la enseñanza no puede ser «neutral» porque «por acción o por omisión» los docentes toman partido en su vida diaria en las aulas.
La ideología de los valores
Turienzo explica que recientemente se quedó perplejo cuando un alumno de 3 años le preguntó ¿qué pasa en Palestina?. «Y la opción nunca es no responder», señala cuando desmonta el argumento de que el profesorado debe permanecer al margen de la política. «Ni la escuela pública adoctrina, ni la privada promueve la libertad de pensamiento», afirma al explicar que «hay que diferenciar entre política y partidismo y «cuando nosotros hablamos de política nos referimos a la ideología de los valores que dice la ley; fomentar la justicia, la equidad, la democracia, el respeto, o la convivencia». De forma pedagógica comenta que un docente debe llamar la atención a un alumno si éste tira un papel al suelo o insulta a un compañero, porque todo lo que pasa dentro de un centro «tiene que ver con valores y no existe la posibilidad de ser neutral».
En general incide en que el uso que se hace de la libertad de cátedra en el sistema educativo es adecuado y que prácticamente no hay casos de intervención educativa, aunque reconoce que en los últimos años cada vez hay «más autocensura» en temas como la educación sexual, los derechos Lgtbi o incluso con la guerra civil: «Por miedo a tener problemas con las familias».
Las grandes mentiras
De los 50 bulos que desmonta el libro hay dos mentiras con más impacto: la que dice que la escuela ha ido a peor (que piensa el 52% de la población española según la Fundación Cotec para la innovación) y el bulo que se refiere a que el esfuerzo garantiza mejores resultados académicos, señala Turienzo. El profesor desmonta las dos fake con datos y evidencias científicas «consolidadas» ya que en los últimos 20 años ha mejorado el acceso y la permanencia en el sistema, es más inclusivo, y dispone de mejores y más infraestructuras. Los avances tecnológicos demuestran que se ha mejorado el nivel educativo, incide. Al tiempo señala que el entorno familiar y la renta impacta en la educación del alumno. «No es nada nuevo y así se ha evidenciado desde los años 60», dice asombrado de que este bulo se haya hecho extendido tanto en los últimos años.
«Se ha demostrado que si tus padres no tienen estudios superiores las posibilidades de abandono escolar son 12 veces superiores a otro niño con mejor entorno socioeconómico», afirma tras avisar de que por supuesto que hay que esforzarse, pero sobre todo «para derribar barreras y lograr el máximo potencial». Considera que lograr la equidad es el gran desafío del actual sistema educativo. «El problema no es si la Educación se ordena bien o mal, sino que el suelo educativo sea mas alto. Reforzar los mecanismos que permitan compensar las desiguales», señala.
¿Y las fakes más desconocidas?
«Que los centros privados no reciben financiación», dice argumentando que tienen ayudas indirectas en forma de subvenciones o desgravaciones fiscales. Otro bulo desconocido pero también peligroso es pensar que el alumnado inmigrante tiene peor resultados por sus costumbres, cuando lo que penaliza «es ser pobre y el nivel formativo de sus padres». También es mentira que a partir de un nivel de inversión en Educación los resultados no mejoren al tiempo que ironiza los informes PISA que «tienen sesgo» porque solo miden competencias y no evalúa la sociedad de cada país. «Ahora hemos pasado de querer ser finlandeses a querer ser coreanos. Con cada edición de PISA surge un país milagro», dice tras recalcar que «no hay fórmulas mágicas».
La Educación: ni de derechas ni de izquierdas
Los autores dejan ver en su publicación que la educación no es de derechas ni de izquierdas y que no es cierto que partidos políticos opuestos apliquen políticas totalmente diferentes. En su opinión los aspectos fundamentales del sistema educativo los aplican igual todos los gobiernos, en relación a los conciertos, las becas o el modelo de jornada y «luego están los matices». De hecho, apunta que los cambios legislativos, aunque hayan sido 5, no han sido estructurales, y en este aspecto comenta que la nueva PAU que se aplicará este curso cambia en sus criterios pero no se elimina.
«Hay comunidades de diferente signo político que aplican medidas similares en Educación infantil», pone como ejemplo después de considerar que un Pacto de Estado tampoco solucionaría los problemas educativos. «Se está convirtiendo en un fetiche e imposibilita el avance… sería más favorable consensos puntuales no vaya a ser que se cierre un pacto duradero que perpetúe los males del sistema y sea peor», recalca.
Fuente: Magisnet