Así se forman los profesores para gestionar la salud mental de los alumnos
Los colegios e institutos se han convertido en espacios privilegiados para aliviar el malestar de los menores y, poco a poco, se eleva el número de centros comprometidos con el bienestar de los alumnos. Los profesores son cada vez más conscientes de que detectar los problemas emocionales entre su alumnado es el primer paso para solucionarlos. Sin embargo, no es una tarea fácil porque los adolescentes no siempre levantan la mano cuando quieren hablar y si lo hacen, puede que el profesor se sienta confundido y dude sobre cuál es la mejor forma de responderles.
Con el objetivo de que los centros educativos atiendan correctamente la salud mental de los alumnos y para aliviar también la saturación de la atención primaria, que no cuenta con profesionales suficientes para atender de forma ágil los casos que lo requieren, han surgido varios proyectos que trasladan a los psicólogos a la escuela o instituto para trabajar directamente con los alumnos, además de formar a los profesores para que aprendan a gestionar adecuadamente los desórdenes emocionales que pueden tener los estudiantes.
Uno de estos proyectos es el Programa PSICE que responde a las siglas de Psicología basada en la evidencia en contextos educativos. Este proyecto echó a andar el curso pasado (2022-23), y se está llevando a cabo en toda España, en el marco de un convenio de colaboración que parte de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid y el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid.
Como explica José Antonio Luengo, decano del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, en conversación telefónica con MAGISTERIO, “Psice es un proyecto de investigación cuyo objetivo es generar evidencia científica sobre los programas a desarrollar desde los centros educativos y determinar su impacto en el bienestar de adolescentes y jóvenes. Los resultados que se obtengan cuando finalice la investigación va a permitir mejorar los procesos de aprendizaje, el rendimiento académico, sus relaciones personales y familiares… en definitiva, su bienestar emocional y su calidad de vida”.
“De lo que se trata es de crear contextos que permitan al alumnado sentirse en un lugar privilegiado para crecer y madurar”, apunta Luengo, e indica que el proyecto de investigación se ha puesto en marcha en diferentes comunidades autónomas, siendo Madrid la que más centros tiene en funcionamiento: 12 centros en total entre públicos, privados y concertados.
A estos 12 centros se ha desplazado un equipo de psicólogos para promover los institutos como espacios psicológicos. La formación que imparte PSICE, dentro de este macroproyecto nacional de investigación, va dirigida a los profesores, a los alumnos y a sus familias: “Se fomenta el desarrollo de habilidades de autorregulación, la capacidad para que tanto el alumnado como sus familias entiendan lo importante que son las emociones y el papel fundamental que juegan las competencias en inteligencia emocional, no sólo a nivel de convivencia, sino también el impacto que tienen en el rendimiento académico”, sostiene Luengo.
En los talleres dinamizados por psicólogos participan profesores, alumnos y familias. En lo relativo al profesorado, los docentes que lo deseen pueden inscribirse voluntariamente a las cuatro sesiones de formación, que tienen un duración de dos horas cada una .
Además, al finalizar el curso se organiza un encuentro entre los diferentes centros que han participado en el programa, que supone una iniciativa de transferencia de conocimiento y de intercambio de información entre los directivos, orientadores y profesorado involucrados en el proyecto.
Son muchos los profesores que pueden sentirse perdidos cuando un alumno les comenta que tiene un malestar emocional y, en este sentido, la oportunidad de formarse y trabajar codo a codo con los psicólogos de PSICE supone todo un privilegio.
A veces el alumno elige a su profesor de matemáticas, por poner un ejemplo, para expresar que emocionalmente no se siente bien: ¿Cómo tiene que actuar un profesor en este caso? Luengo responde: “Es muy importante escucharle sin prejuicios y sin juicios. No hacer valoraciones sobre la pertinencia o no de los sentimientos que el chico o la chica pueda tener, sino que lo que hay que mostrar es complicidad e incondicionalidad en el apoyo y en la ayuda posterior”.
“Cuánto dolor tienes que tener para que estés pensando en lo que me estás diciendo”, es lo que hay que decir en lugar de “No tienes que pensar en eso”, apunta el decano del Colegio de Psicólogos de Madrid, porque “de esta forma el profesor puede conectar con ese alumno que le ha escogido como adulto de referencia. “Lo que realmente necesita ese chico es sentirse comprendido y escuchado, no lecciones, ni juicios de valor que lo que van a provocar es que el alumno pierda la confianza que ha depositado en ese profesor”, afirma Luengo.
Ese alumno que ha elegido a su profesor de matemáticas para sincerarse ha abierto una puerta a la comunicación: “Después habrá que activar otros canales, si es necesario, pero ese primer paso que ha dado es muy importante, como lo es la respuesta que reciba por parte del profesor”, recalca el decano del Colegio de Psicólogos de Madrid.
Para los profesores que no han tenido la oportunidad de formarse a través de programas como el de PSICE existen otras vías abiertas a las que pueden acceder de forma online y gratuita.
Por una parte, para la promoción del bienestar emocional en los centros educativos y la prevención y detección de los desajustes emocionales en niños, niñas y adolescentes, el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid en colaboración con la Subdirección General de Inspección Educativa, ha editado una Guía y recursos para la elaboración de estos planes en los centros educativos.
En la web de la Subdirección General de Inspección Educativa los profesores que no han podido participar en los cursos de formación del programa PSICE pueden acceder de forma online y gratuita a actividades formativas para aprender a atender correctamente las necesidades educativas de sus alumnos.
Sin embargo, todos estos recursos no son suficientes para cubrir las necesidades que existen en el sistema educativo en lo que al bienestar emocional de los alumnos se refiere y, según reivindica Luengo, son necesarios cambios estructurales a largo plazo. “Desde el Colegio de Psicología llevamos varios años reclamando la incorporación de un psicólogo en todos los centros educativos”, afirma, y añade: “Somos conscientes y alabamos el trabajo que a día de hoy se realiza desde el departamento de orientación de los centros, pero, sin embargo, está demostrado que es necesario dar un paso más allá e incorporar un psicólogo educativo para trabajar codo a codo con todos los miembros del equipo educativo en favor del bienestar de los alumnos”.
Fuente: Magisnet