Mirian Galán: “Primero eres docente y luego creador de contenidos, no al revés”
Pocas personas pueden decir que son los mejores docentes del mundo sin sonar ni arrogantes ni utópicos. Mirian Galán es una de ellas. Durante sus más de 20 años de experiencia, la getafeña ha conseguido afianzarse como una referente dentro del panorama educativo tanto nacional como internacional, estando en su palmarés distinciones como el Global Teacher Award (2022), la medalla al mérito profesional (2023) y el segundo lugar como mejor docente infantil de España en los premios Educa Abanca 2023.
Complementaria a su labor en las aulas, Mirian también cuenta con su blog, supereducalandia, y con sus perfiles en Instagram, Tik Tok, Facebook, YouTube, y X donde divulga contenidos relacionados con la educación. En esta entrevista, conversamos con ella sobre su primer libro, Felices en la escuela, así como de la actualidad educativa. Durante la misma, también nos recuerda que la clave para ser un buen docente es muy simple: hacer las cosas con cariño y con corazón.
Recientemente fue la presentación del libro ‘Felices en la escuela’ en el FNAC de Callao ¿cómo estuvo la presentación?
–La presentación estuvo bastante bien. Acudieron más de 150 personas y mi compañera y amiga Yolanda Otero hizo magia para los niños que asistieron con sus familias, cosa que me gustó porque implica que también hubo conciliación familiar –que muchas veces escasea en este país– durante en el desarrollo de esta.
¿Tienes alguna anécdota de la presentación?
–Sí, uno de los protagonistas de una de las historias que aparece en el libro –la de «señora, lléveme con mi abuelo»– estuvo en la presentación del libro. Él ahora es un chaval, y salió al escenario para ayudarme a contar su historia, que es muy divertida y graciosa.
En esta clase de escenario, en el que ves a un exalumno que ya ha crecido, ¿cómo es esa sensación para un docente?
–Es un poco extraño, porque son personas que tú veías cuando eran pequeños y, al hablar con ellos, a veces cuesta asociar a la persona con quien estás conversando con el niño al que cuidabas. Los acompaño como si fuera la tía Miri, pero siempre con cariño.
En relación con el libro, ¿Qué te motiva a escribirlo? ¿Llevabas tiempo queriendo escribirlo?
–La realidad es que tengo varios cuentos escritos, pero siempre he tenido el deseo de escribir un libro. Varias editoriales se pusieron en contacto conmigo para escribir el libro y cuando hablé con Miguel –mi editor– me encantó la idea de hacerlo de la manera con la que lo terminamos haciendo.
¿Tuviste dudas al momento de escribir el libro?
–Sí, porque escribir un libro es algo muy desafiante. La principal era que no me viera capaz de hacerlo. Al final el libro son mis veinte años de experiencia y no una guía al uso para familias y educadores. Es un libro lleno de anécdotas de mi trabajo y de mi infancia, por lo que el reto estaba en enfocarlo como si fuese algo distinto.
¿Cómo lograste superar esas dudas?
–La primera cosa que me ayudó fue el apoyo de mis padres. En una conversación que tuve con ellos me comentaron que, al escribir este libro, iba a hacer algo que iba a prevalecer; y eso me pareció tan sumamente bonito que terminé por decidir hacerlo. Una vez comencé me di cuenta de que era fácil hacerlo, por lo que cada vez me fui motivando más y no puedo estar más contenta. Es de las mejores decisiones que he tomado porque me ha encantado escribirlo. Ha habido tantos momentos en los que he llorado como otros en los que me he reído por recordar cosas.
Algo que me gustó del libro es que incorporaste al principio de cada capítulo frases de profesores y otros perfiles narrando su experiencia como padres ¿Cómo nace esta idea?
–Quería que el lector sintiera que era parte del libro. Entonces, decidí incorporar experiencias de personas de distintos ámbitos que demuestran que, más allá de su experiencia profesional, se ven reflejados como padres, tíos o conocedores de la educación, de manera que fuese fácil empatizar.
Cuando eres padre tienes un millón de dudas y muchas veces recurres a una guía que no es real, pero cuando acudes a una guía donde tú empatizas con esa persona porque te ves en la misma situación o porque la has vivido, terminas por humanizarla.
Pasando al contenido, en el libro mencionas que los niños tienen un proceso de adaptación cuando vuelven a las aulas. Así como ellos lo necesitan ¿consideras que los padres, a veces, también pueden necesitarlo?
–Sí, de hecho, hay veces en la que ellos lo pasan incluso peor que los hijos. Entonces les tengo que explicar que no pasa nada con que lloren frente a ellos, que solo tienen que comentarles lo que pasa y hacerlos partícipes de esas emociones. No digo que pasen todo el día llorando, pero que es normal que tengan esa angustia porque, al final, están dejando lo que más les importa con un desconocido. Un día puedes llorar y decirle: “hijo, me da vergüenza llorar frente a ti porque sé que lo vas a pasar fascinantemente bien y lo que quiero es que luego me lo cuentes”, y ya está.
¿Qué cosas pueden ayudar a aminorar ese sentimiento de angustia?
–Algo que ayuda a conseguir que sea más fácil es crear un vínculo. Siempre que hago una entrevista para conocer a los hijos también busco conocer a los padres, por lo que puedo llegar a hacerles preguntas personales. Una vez que ellos me responden les pregunto si tienen alguna pregunta para mí y luego, independientemente de si tenían preguntas o no, les cuento cosas de mi vida para que sepan quién soy yo más allá de ser una trabajadora dentro del centro. Les explico mi currículum, dónde he trabajado, mis aficiones y cosas de mi vida porque eso genera confianza.
Conocer a la persona que va a cuidar a tu hijo genera confianza y luego, ya habiendo culminado la reunión, intento mantenerme en contacto con ellos de tú a tú, algo más personalizado. Me da igual que sean de cero a tres que de cuatro a seis, al final te están dejando algo muy importante para ellos y por ello tienen que crear confianza.
Otra cosa que mencionas es que una de tus metodologías de enseñanza favoritas es la de las inteligencias múltiples de Howard Gardner ¿A qué se debe eso?
–Se debe a que sirve para dar un refuerzo positivo y a potenciar las fortalezas de los niños, que considero que es algo muy importante en edades tempranas. Por ejemplo, si se te dan mal las matemáticas y lo único que haces es intentar resolver problemas y te equivocas vas a terminar teniendo un refuerzo negativo, que no es lo ideal.
En mi caso, yo me sentía muy fuera de lugar cuando era pequeña porque sabía que las matemáticas no se me daban bien y terminaba desmotivada. Llegó a tal punto que terminé tomándole manía a las matemáticas. De hecho, hoy en día me cuesta ver números y me pone nerviosa el concepto matemático. Sin embargo, se me daba bastante bien el arte y escribir; por lo que me gustaba meterme en concursos de relatos cortos –que fue algo que me recordó mi madre mientras escribía este libro–. Yo creo que se deberían trabajar en las cosas en las que uno puede desenvolverse.
¿Cómo se implementa esta metodología en el aula?
–Yo es que intento incorporar un poco de cada teoría dentro de las clases. En lugar de decantarme por una sola creo que es mejor conocer al grupo y, a partir de eso, decidir cual es la estrategia que mejores resultados puede obtener y luego focalizar de forma individual. Por eso en el libro menciono distintas metodologías que me gustan y que, dependiendo del grupo, utilizo más o menos.
¿Existe alguna metodología que te guste pero que no puedas implementar tanto como quisieras?
–Sí, el método Montessori. Me parece fascinante porque genera mucha autonomía en los niños, pero tendría que dar 20 cursillos a los 20 niños y sería inviable manejar el aula. No es factible, pero a mí me gustaría.
Tienes especialización en las metodologías activas de la educación como el aprendizaje basado en proyectos. Sin embargo, con los resultados de PISA se han comenzado a poner en tela de juicio esta clase de dinámicas ¿qué lectura haces de esto?
–Ahora mismo es que no se puede hacer nada. [se ríe]. Ni Montessori ni gamificación ni nada. El problema está en que las ratios son muy altas, los sueldos son muy bajos, mandan a rellenar muchos papeles y las leyes cambian cada vez que hay un nuevo gobierno. Si nosotros mismos como docentes andamos como locos, los pobres niños hay cosas que no… Realmente va a dar igualmente el informe PISA que pisa el informe. Primero tenemos que cambiar aquí en España y luego preocuparnos de si nos va bien en el informe PISA; y esto último requiere de profesionales de la educación y no de políticos.
Otro tema de controversia gira en torno al uso de la tecnología dentro de la Educación. ¿Cómo valoras el uso de la tecnología dentro de la Educación Infantil?
–Pues yo tengo una Alexa y es el único dispositivo electrónico que uso. Además, le doy una función, que es para que desarrollen el lenguaje y la creatividad gracias a escuchar cuentos y música. Al final tiene un sentido. De resto, no uso nada más, ni pizarras digitales ni nada de ese estilo.
Cambiando de ámbito, llevas más de 20 años siendo profesora ¿Qué le dirías a la Mirian de hace 20 años que estaba a punto de entrar por primera vez en un aula?
–Le diría que disfrute más de cada día. Hay muchas veces en las que tienes días un poco más complicados y en los que no se disfruta de la misma manera. Sin embargo, con el pasar del tiempo, te das cuenta de que es maravilloso.
¿Qué cosas has aprendido en los años que llevas siendo profesora?
–Que tengo muchísima paciencia [se ríe] y que me apasiona mi profesión. Siempre lo digo. Tal fue así que uno de los motivos por los que creé supereducalandia fue porque yo llegaba a casa y quería seguir haciendo cosas relacionadas con la educación. Al final me gusta lo que hago y me gusta hablar y dar soluciones a las familias.
En relación con algo que has mencionado en tu última respuesta, tienes tu blog supereducalandia y tus perfiles en redes sociales que han sido premiados durante los últimos años. Como creadora de contenido ¿cuál crees que es la clave de crear un perfil de redes sociales o un blog en el campo de la educación?
–Dedicación y que el contenido sea de calidad y real.
¿Hay alguna cosa que no te guste que se esté haciendo en la creación de contenidos educativos?
–No me gusta la gente que está saliendo ahora que se graba en clase preguntando cosas a los niños o haciendo cosas. Cuando eres una profesora que también crea contenidos, primero eres docente y luego creador de contenidos, no al revés. El momento de trabajo debe ser el momento en el que tu dediques todo tu tiempo a esos niños y no un momento en el que tú te dediques a crear contenidos.
Pero hoy en día hay muchos profesores que, sobre todo en redes como Instagram o Tik Tok, están en clase y les preguntan a los niños y se ven de fondo. Entonces ellos quedan como si fueran monitos de feria a los que utilizan para crear contenido y a mí eso realmente no me gusta porque estás dejando de lado tu labor docente.
En el año 2022, fuiste reconocida como la mejor docente en el mundo ¿qué crees que es lo esencial para ser un buen docente?
–Hay muchos buenos docentes, todos con nuestra propia receta y trucos, pero creo que la clave está en que cuando se hacen las cosas con cariño y con el corazón estas llegan mejor. He conocido y conversado con tantas personas que son muy apasionadas de la profesión desde que recibí el Global Teacher Award que lo único que puedo decir es que la clave está en trabajar con el corazón y para tus alumnos. Uno nace y muere maestro.
Algo vocacional, ¿no?
–Es cierto que lo mío vocacional no fue, pero, una vez que empiezas es como “ostras, quiero ser maestra para toda la vida.”
Para cerrar, has escrito cuentos y te gusta dibujar. ¿Tienes contemplado en el futuro hacer un libro de cuentos ilustrados para niños?
–Sí, de hecho, tengo el contrato firmado y probablemente salga este año, a más tardar el año que viene. Por lo cual estoy muy contenta. Las ilustraciones las hizo otra persona, pero en un principio sí pensé en hacerlo e ilustrarlo yo. Sin embargo, pensándolo mejor, preferí que lo hiciera un profesional. Pero, sí, me hace mucha ilusión el que una editorial quiera publicarlo y que cuente con unas ilustraciones de 10.
Fuente: Magisnet