El logro de la selección femenina en la copa del mundo no es una serpiente de verano
El verano no es propicio para que los medios de comunicación puedan hacer caja. Durante este, en España, sus noticias más recurrentes fueron la extrema canícula a la que nos hemos vistos sometidos, sobre todo en el centro y sur, aunque en el norte también tuvimos ciertos días en que el calor nos hizo sudar la gota gorda, y el adelanto electoral y todo su rosario de juicios y quinielas sobre los potenciales ganadores.
Y así, en julio, todos los noticieros tuvieron que acabar rellenando sus tiempos con noticias de cualquier parte del mundo que en la mayoría de los casos no tenían ningún valor para el oyente, televidente o lector.
Y llegó agosto que ya por antonomasia es el mes de las vacaciones de más de la mitad de los españoles y de buena parte de los visitantes del país. Durante este mes, uno está más atento a su propio disfrute que a cualquier otra cosa. Así, los desplazamientos ocupan buena parte de las jornadas, las comidas se alargan en sobremesas que casi llegan hasta las cenas, cuando no se ven interrumpidas por un letargo bajo el sol, para después retornar a estas últimas y prolongarlas hasta altas horas de la madrugada.
Por eso, L´Equipe, en su día, inventó el Tour y disfrazó al mejor corredor de la carrera con una camiseta del mismo color que las hojas del diario para rellenar páginas de información. Durante mucho tiempo, gracias a lo que se dio en llamar serpientes de verano o culebrones, los medios iban desmenuzando unos temas poco atractivos pero sensacionalistas o morbosos, con los que poco a poco mantenían el interés hasta que apareciera la verdadera noticia de la que todos, periodistas y públicos, desearían conocer más.
Este año, la noticia de agosto, sino de todo el año, es que nuestra selección femenina de fútbol ha conseguido el mayor éxito que se puede lograr en un deporte de competición, como es el de ser campeona del mundo. Un título alcanzado por un equipo novel de mujeres que, por el contrario, le ha costado muchas décadas conquistar a una selección veterana y llena de figuras internacionales como la masculina.
Aunque no creo que sea más mérito de unas que de otros obtener ese resultado, sí creo que ahora hombres y mujeres, chicos y chicas, niños y niñas verán no sólo el fútbol femenino con otros ojos, como se ve, por ejemplo, el tenis, sino otros deportes jugados por féminas.
El feminismo no está sólo en unos determinados ámbitos, como la política o la vida profesional, sino que es transversal a todos los ámbitos de la vida de las personas, y el deporte es uno de esos espacios en donde se debe instaurar con fuerza, pues en él se forman muchos de los valores de las personas y se irradian al resto de la sociedad. El deporte está en la escuela, en el tiempo de ocio, en el barrio, … Por eso, el hecho de haber ganado las futbolistas españolas una copa del mundo ofrece todo un potencial de nuevas visiones de la formación deportiva de la mujer. La visibilidad adquirida por el fútbol femenino español se acabará trasladando a otros deportes que hasta ahora eran vistos como secundarios o anecdóticos por ser practicados por mujeres. Y así como durante los años noventa se produjo una revolución en el mundo de la música al aparecer sobre los escenarios muchos grupos formados sólo por mujeres, otro tanto le pasará ahora al deporte femenino de equipo, y si no al tiempo.
José Manuel Suárez Sandomingo
Foto: rtve.es