Hábitos para no pasar de cero… ¿… a 100?
Expertas en educación comparten sus consejos para recibir el verano fuera de las aulas: “Aburrirse no es malo, sino todo lo contrario”
Leemos a menudo sobre cómo adaptarse poco a poco para volver a la rutina pero, ¿qué pasa cuando lo que queremos es reorganizar nuestros días cuando termina el curso? No podemos acelerar de golpe nada más salir por la puerta del colegio, ni empacharnos de cuadernillos con actividades a dos días de que empiece septiembre.
La búsqueda de ese equilibrio es la que más preocupa a las familias durante los meses de verano: “Las vacaciones conllevan un gran cambio familiar. De rutinas, de horarios… e incluso de emociones. Es importante ser flexible y no aferrarse a cómo funcionábamos hasta ahora, sino crear nuevas maneras de funcionar teniendo en cuenta las necesidades de todos” así nos lo cuenta Claudia Bruna, coach emocional y especializada en educación. A ella se unen Elsa Fernández (maestra de primaria) y María García (profesora de yoga) que consideran necesario aprovechar aquello que nos ofrece el verano de forma natural.
“El pensamiento creativo se puede desarrollar en cualquier momento del día” apunta Elsa. “En verano frecuentamos mucho la playa, por lo tanto, la manipulación con la arena puede ser nuestro recurso estrella”.
Sobre la conexión con la naturaleza y nuestro propio cuerpo reflexiona María García, que sabe que “en verano solemos dispersarnos un poco, pero aún así podemos mantener muchos hábitos saludables que tienen que ver con la práctica del yoga. Una de las premisas es que lo podemos trasladar a todos los ámbitos de nuestra vida, no sólo en la esterilla.
Tres expertas coinciden en utilizar los recursos que nos brinda el verano fuera del horario lectivo
“No pasa nada si se aburren, si no saben qué hacer, sino todo lo contrario. Aburrirse es muy positivo para los niños ya que les hace más creativos” continúa Bruna. Y es que querer hacer cosas todo el día y no parar hace que dejemos de apreciar los pequeños placeres del día a día.
Ese “de cero a cien” que nos incita a “aprovechar el verano”, desbordando las horas: repasar el temario, hacer actividades, viajar, correr… Por eso, las tres expertas coinciden en utilizar los recursos que nos brinda el contacto con la familia y con el entorno para seguir creciendo y educándonos, fuera del horario lectivo, en cuerpo, mente y alma.
Para el alma, Claudia Bruna recuerda que es importante deshacernos de las expectativas: “Si esperamos que las cosas sean de una manera y luego no son, lo único que sucederá es que emocionalmente estaremos desbordados y enfadados. Nos sentiremos frustrados y desencantados con nuestras vacaciones, pase lo que pase”.
Para el cuerpo, María apunta: “No dejes el ejercicio si estás de vacaciones, aprovecha y dedícale un poco más de tiempo. Y recuerda, respira: activar tu diafragma y aprender a utilizarlo contribuye a una vida más relajada y una respiración más tranquila, digestiones adecuadas y a una sangre bien oxigenada y limpia”.
Y para la mente, Elsa termina reflexionando: “La adquisición de contenidos es algo que a base de memorizar y de atención se puede conseguir. El mantenimiento de la creatividad es algo que deja de fluir con el tiempo. Por eso es necesario no olvidarse de estimular la creatividad. Romper estereotipos sociales y aprender a pensar”.
Fuente: Faro de Vigo