La escuela concertada nos devuelve a tiempos pasados
Eso a lo que se le llama escuela concertada no es más que escuela privada pagada con dinero público. Algo que en otros países está totalmente extinguido. De hecho, España es el cuarto país de Europa donde menos escuela pública hay en Secundaria y el tercero en Primaria. Solo un 69% de los alumnos españoles de Secundaria acuden a centros públicos y otro 68% lo hacen en Primaria. Porcentajes que sólo superan en el continente Bélgica, Reino Unido y Malta. Mientras que, países como Irlanda, Rumanía, Croacia, Alemania o Finlandia superan el 90% de sus alumnos en centros públicos.
Pero ¿cuál es el problema para que España no se encuentre entre los países con un sistema de educación público consolidado? La razón no hay que buscarla en otra parte que en los cuarenta años de dictadura franquista. Durante todo este periodo se les dio a los promotores de colegios privados todo tipo de facilidades, sobre todo en la educación secundaria, derivando hacia ella a los alumnos de las clases medias y adineradas, mientras se relegaba a las populares a una formación profesional bastante obsoleta, al no crear institutos que les acogieran.
Algunos pensarán que estoy hablando de tiempos pasados y superados, pero pronto entenderán que aquellos polvos nos traen estos lodos. Esto es así por cuanto los centros privados de entonces, unos regidos por confesiones religiosas y otros por familias pudientes, tienen su soporte en la actualidad en la derecha y su mantenimiento de unas arcas públicas poco dotadas para hacer creer a la gente que al no haber dinero se tiene que prolongar la necesidad de financiar a las escuelas privadas. Toda una gran falacia. Y para muestra un botón. La Comunidad de Madrid no hace más que ceder terrenos públicos para que en ellos se levanten centros privados que luego serán financiados con dinero público. Y no sólo se levantan colegios privados, sino también hospitales privados, a los que más pronto que tarde se les derivan los pacientes de los hospitales públicos, jubilando a los médicos o ofreciéndoles unos salarios ridículos para que se tengan que ir.
Y si derechas las hay en todos los países, ¿por qué aquí son tan ladinas? La razón es bastante evidente, han copado el poder durante demasiados años y ahora es difícil despojarlas de él. Porque no sólo tienen el poder económico, sino también los medios de comunicación con los que tratan de faltar a la verdad, haciendo apología de que lo privado es siempre mejor que lo público. Pero ¿dónde está lo bueno de un sistema privado de educación que no prima la capacidad y el mérito, de sus profesionales, sino el nepotismo o la sumisión a un director o a una confesión? Durante muchos años, la derecha española mantuvo la precariedad de los profesionales de la enseñanza pública, convirtiéndola en cuasiprivada, haciendo que profesores y maestros no pudiesen acceder a un puesto estable y tampoco lograsen consolidar su experiencia ni progresar profesionalmente, ni muchas otras cosas que, como interinos, les estaban vetadas.
Hay muchas formas de manipular desde la Administración a los administrados y la derecha española las conoce bien y además tiene una red clientelar de largo recorrido y profundas raíces. Así que, cuando les cuenten el cuento de la lechera, de cuánto se ahorra el contribuyente teniendo una escuela concertada, piensen en lo que éste se ahorra teniendo sólo hospitales privados y verán cómo no les salen las cuentas.
José Manuel Suárez Sandomingo