Cuando las piezas de Lego ayudan a los niños a disfrutar de ciencia y energía
La Hospedería Fonseca en Salamanca ha acogido la VII Edición del Torneo Clasificatorio First Lego League, organizada por el Parque Científico de la Universidad de Salamanca (USAL), un programa internacional que fomenta las vocaciones científicas y tecnológicas. Es, según ha explicado a Efe el coordinador de este evento, Marcos Mateos, «un desafío anual para chavales de entre 4 y 14 años» que comienza a finales de verano y durante meses se prepara para exponer los «trabajos científicos realizados con las piezas de Lego».
En esta ocasión, esta liga de piezas de Lego ha tratado de que los más pequeños profundicen en su conocimiento, y el desarrollo de los valores, sobre la energía, por lo que en las mesas dispuestas en la Hospedería Fonseca se podían ver desde molinos de viento, hasta placas solares, cocinas eléctricas, vehículos a gas… todo ello fabricado con piezas de Lego.
Rafa Navarro, profesor del Colegio «Calasanz» de Salamanca, se ha convertido este sábado en un voluntario del acto y, ataviado con una bata blanca, una peluca roja y unas grandes gafas de plástico, trata de conocer los trabajos de los más pequeños y les pregunta, como un maestro con años de experiencia, sobre cuestiones de energía.
Unos responden con monosílabos, con escuetas frases, o una niña, del colegio Virgen de la Salud, de Alcañices (Zamora), contesta a Rafa Navarro que el molino de viento que su equipo ha realizado con piezas de Lego «se mueve con la mano» o que unos cables que unen diferentes figuras de su trabajo «sirven para llevar la electricidad».
Forman parte de la zona de más pequeños, quienes, como ha explicado Marcos Mateos, durante este curso académico –desde septiembre– han realizado «proyectos científicos que, ayudados por los profesores, permiten que profundicen en sus conocimientos sobre la ciencia», y en el caso de esta edición, «sobre la energía». «Traen desde sus centros escolares los proyectos, los exponen en diferentes mesas y un equipo técnico los valora. Además, se trata de fomentar los valores Lego, como el trabajo en equipo, el respeto a los demás, la colaboración y el apoyo social», ha añadido Mateos.
La Hospedería Fonseca se ha convertido en un lugar donde, desde primera hora de la mañana, se escuchan voces agudas, padres que rodean las mesas con sus hijos, más de 100 voluntarios que tratan de que todo siga un orden, niños que muestran con orgullo sus trabajos, otros que se enfadan en el momento en el que una pieza se cae… pero todos ellos sonrientes y nerviosos por un día lúdico. En la zona para los mayores, los que tienen entre 9 y 14 años, se percibe más tensión porque en las mesas no se expone ningún trabajo, sino que se preparan para participar en un circuito que tienen que realizar con un robot de Lego, al que pueden añadir más piezas, y siempre con la energía como elemento principal.
El desarrollo de esta prueba se ha realizado en el auditorio principal de la Hospedería, repleto de alumnos y padres de los 23 equipos de niños de entre 9 y 14 años, donde la emoción, la tensión, los nervios eran más que evidentes. Todos ellos tenían que hacer mover el robot de Lego por un circuito y cumplimentar unas pruebas, como mover un molino de viento, cambiar piezas de un motor… un examen en el que se ha mezclado la paciencia, con la destreza y la habilidad en mover piezas de Lego.
Y, mientras tanto, Rafa Navarro, con su disfraz de payaso, sigue recorriendo y analizando los trabajos de los más pequeños, y pregunta a Nerea, del equipo Energía Positiva NSR+, de Zamora, sobre una de las piezas que hay en su trabajo: «son paneles que si reciben el sol, se obtiene energía», responde la pequeña, entre nervios y con una voz menuda y ojos muy abiertos.
El equipo ‘Los chicos robóticos’, de Navalmoral de la Mata (Cáceres), han mostrado su trabajo compuesto por una batería que hace mover un barco vikingo, acompañado por unas placas solares, con sus baterías, que se asemejan a un parque de atracciones. Y así, Navarro ha recorrido los 18 equipos de edades comprendidas entre los 4 y los 9 años, niños y niñas que han aprendido algo más de ciencia y energía, que ya saben para qué sirven las placas solares o el trabajo que desarrolla un molino de viento.
Ahora, solo queda por conocer el nombre de los dos equipos seleccionados que irán a la gran final First Lego League España y de aquí saldrán los que viajen a distintas ciudades del mundo para participar en los Torneos Internacionales First Lego League. Como ha señalado el coordinador del First Lego League de Salamanca, Marcos Mateos, «se ha invitado a los equipos a reflexionar sobre la manera en la que se genera, se transporta, se almacena y se consume la energía», además de pedirles que encuentren «soluciones sostenibles utilizando las herramientas y tecnologías actuales».