Cómo practicar la empatía con los más pequeños en el día a día
Los expertos señalan que hay una labor previa que debemos ejercitar nosotros mismo, los padres y educadores; porque para enseñar algo nosotros también tenemos que serlo. Y esto requiere del conocimiento personal y de la gestión de nuestras emociones. Y la empatía es una de las cinco competencias de la Educación Emocional, según Daniel Goleman.
Decálogo de la empatía
1- Escuchar de forma activa y empática: Comunicar con todo el cuerpo, con la expresión de la cara, con el tono de voz, que se está abierto a escuchar y a acoger no solo las palaras si no también los sentimientos.
2-No expresar aprobación o desaprobación. A los niños no se les debe decir: “No llores”, “No te enfades” o “No pasa nada”, ya que impide que el niño acepte y valide lo que siente. Es mejor que los padres le ayuden a poner nombre a los que les está pasando y luego les den alternativas.
3-Aceptar y acoger el llanto. Tiene efecto beneficioso y calmante.
4-Tranquilizarles físicamente. Es reconocido el papel que tiene el contacto para atenuar el dolor físico y emocional. Establecer contacto físico con los niños y niñas es una forma de crear vínculos, y con los más pequeños, de proporcionar seguridad.
5-Acoger y atender sin juzgar, centrándose en el pesar de la otra persona.
6-Razonar de forma breve y clara cuál hubiera sido la respuesta más adecuada y explicarle también porqué se ha actuado de una manera determinada (si la reacción nuestra no ha sido la adecuada es recomendable reconocerlo y pedir perdón).
7-Hacer preguntas centradas en el momento: “¿Cómo te encuentras”, “¿Cómo te sientes?”, “¿Quieres hablar?”, “¿Qué necesitas?”, “¿Qué crees que te podría aliviar?”.
8-Aceptar los silencios. El silencio también es una forma de comunicación.
9-Tener contacto corporal. Abrazar, coger la mano, pasar la mano por el hombro…, respetando que en aquel momento ese acercamiento sea bien acogido. Si no se está seguro que sea así, preguntar.
10-Volver al momento presente, esa atención al ahora ayudará a diluir lo que quede de la emoción.
Con este trato el adulto no solo es empático si no que educa dando modelo de empatía.