Mi formación científica me ayudó a ser astronauta
Así respondía este martes la astronauta e investigadora leonesa del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Sara García, en un encuentro virtual al que se han inscrito más de un centenar de colegios de España y América y en el que García ha contestado las preguntas de los niños y adolescentes. Durante la hora que ha durado el encuentro, la astronauta ha contestado un sinfín de preguntas, algunas personales (¿estás casada y tienes hijos? o ¿No te da miedo morir en una misión?) y otras más relacionadas con la ciencia, el espacio o el cáncer que investiga junto a Mariano Barbacid.
García ha recordado que fue escogida en un proceso de selección con más de 22.000 personas en el que no se sitió discriminada por ser mujer porque las fichas de los candidatos «no especificaban el género», y ha contado que sintió «una alegría enorme» cuando le comunicaron que lo había conseguido. Aunque desde pequeña siempre quiso ser astronauta, porque es «muy curiosa y aventurera», «con los años aposté por la ciencia», y esa carrera que «me ha ayudado a analizar datos, resolver problemas y llevar a cabo experimentos, las herramientas que ahora me permitirán ser astronauta».
En cuanto a los requisitos necesarios para ser astronauta, García ha explicado que hay que estudiar una carrera de ciencias: «Puedes ser biólogo o biotecnólogo, como yo, ingeniero aeronáutico, físico, matemático, informático, piloto o médico, todas esas disciplinas te permiten ser candidato. Después te tienen que enseñar a serlo y de eso se encarga la Agencia Espacial Europea desde su centro en Colonia, Alemania». De hecho, ha advertido, «los dos españoles escogidos por la ESA, Pablo Álvarez -también leonés- y yo, somos candidatos que reunimos los requisitos necesarios pero ahora nos tienen que entrenar y enseñarnos técnicas de superviviencia, ruso, robótica, buceo, física y matemáticas, tecnología de sistemas y equipamiento…en fin, todo».
Y es que en el espacio se investigan «multitud de ámbitos». «Pensad que cada astronauta que está en misión espacial en la Estación Espacial Internacional (ISS) desarrolla entre 200 y 250 experimentos en seis meses. Experimentos sobre todo tipo de cosas: los huesos y los músculos humanos, cómo criar plantas, cómo se comportan los fluidos…se estudian infinidad de temas».
García también ha respondido preguntas prácticas como que en el espacio solo se come comida deshidratada que pesa muy poco porque «cada kilo que se lleva al espacio cuesta miles de euros» y porque hay que evitar cualquier tipo de comida «que genere migas o gotas ya que quedarían en suspensión por la falta de gravedad». En cuanto a los desechos, ha explicado que la ISS cuenta con lavabos especiales, preparados para la microgravedad, con tubos de vacío que absorben los desechos: «La orina se recicla (de hecho los astronautas suelen decir «el café que me bebo hoy es el café de mañana», y los sólidos se meten en bolsas herméticas que se envían de vuelta a la Tierra».
García, que es la primera persona en su familia en estudiar una carrera universitaria, ha aconsejado a los niños que se dejen llevar por la curiosidad y que no se impongan límites pensando que no van a ser capaces de conseguir algo. «Es importante intentarlo siempre porque en el camino vais a aprender muchísimas cosas».
Sobre el miedo, García ha asegurado que el nivel de seguridad en las misiones espaciales es altísimo, además, «el miedo, como todo, hay que aprender a gestionarlo. El pánico no soluciona nada. Lo más importante es ser optimista y calmada para analizar las mejores opciones y resolver problemas».
García ha reconocido que se ha convertido en un «referente» para las niñas, y eso es «una enorme responsabilidad» y un reto muy bonito que «aceptaré con mucho entusiasmo y humildad».