Consejos para la convivencia entre mayores y adolescentes
Las vacaciones de verano son las más largas del año para los más jóvenes, mientras sus padres tienen que trabajar, éstos se suelen quedar solos en casa. Para evitarlo, cada vez más, los abuelos cumplen con ese papel de cuidador e inevitablemente se produce una relación más cercana entre abuelo y nieto. Por eso, es conveniente que el nivel de convivencia sea saludable entre mayores y adolescentes, que suelen ser los más problemáticos por la etapa vital en la que se encuentran.
“Cuanto más roce más problemas pueden surgir, por eso es importante ser tolerante y respetar los tiempos del otro”, señala José Manuel Suárez Sandomingo, psicopedagogo de la Asociación Profesional de Pedagogos y Psicopedagogos de Galicia (Apega). Aunque por otro lado, Amaya Prado, psicóloga del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, opina que esto puede afectar positivamente porque en verano están más tranquilos y relajados, no tienen presión de clases, exámenes, horarios…
Cómo favorecer la convivencia entre abuelos y nietos
En primer lugar, es necesario distinguir la relación entre padres e hijos y entre abuelos y nietos. “El objetivo de los padres es educar, mientras que la relación con los abuelos tiene otro objetivo distinto, los nietos no les ven como figuras de disciplina y la convivencia puede ser algo mejor”, explica Prado. Sandomingo añade que, por lo general, los abuelos tienen más paciencia que los padres y su relación suele ser más afectiva, mientras que la de los padres es más normativa e imperativa, la responsabilidad de su educación siempre recae en los padres, el abuelo no debe ejercer esa función. Aun así específica que no todos los abuelos, padres y niños son iguales.
Ambos coinciden en que la clave para una buena convivencia con un adolescente está en la capacidad de escucharles y hablar con ellos, cualidad en la que destacan los abuelos. “Normalmente la relación entre abuelos y nietos tiende a ser fructífera y gratificante. Los adolescentes no se sienten tan juzgados en esta etapa que están viviendo, encuentran en sus abuelos un refugio emocional, se sienten más valorados y aceptados, por lo que pueden abrirse más”, comenta la psicóloga del Colegio Oficial de Madrid. “Es un buen momento para que escuchen las experiencias de los abuelos, al verse arropados por esas experiencias por las que ellos mismos están pasando, se vuelven más afectivos y ellos mismos son más capaces de escuchar al otro”, indica el miembro de Apega.
Establecer normas
Prado recomienda fijar una serie de normas para poder prevenir conflictos y dar más seguridad al adolescente para que conozca las consecuencias de sus actos. Sin embargo, el establecimiento de dichas normas debe ser algo negociado dirigido y mediado siempre por un adulto que es el que plantea las opciones, pero que está abierto a escuchar y valorar la opinión del adolescente.
Encontrar puntos en común
La psicóloga también aconseja buscar puntos en común entre abuelos y nietos para favorecer la convivencia, como que el nieto le descubra la alfabetización tecnológica al abuelo enseñándole a usar la tableta o el ordenador, por ejemplo. Así como que el mayor escuche los gustos del adolescente y encuentren un punto de encuentro entre ambos en el que sea el nieto el que aprenda algo del abuelo.
Tratarles como adolescentes
Por otro lado, se encuentra el trato adecuado que debe recibir un adolescente. Ya no se trata de un niño pero tampoco es un adulto, “el trato debe ser como lo que es: un adolescente en la etapa evolutiva en la que se encuentra”, aclara Prado. Sandomingo explica que el cambio físico que se produce va acompañado de un cambio mental notable: “Los niños pasan de ocupar el espacio próximo a tener espacios mucho mayores, lo que se conoce como la abstracción. En este nuevo comprender del mundo para él hay que dejarle tomar la iniciativa en determinadas responsabilidades y que tenga sus primeras experiencias”.
Adolescentes cuidando de sus mayores
En el caso de que sea el adolescente el que se queda cuidando de sus mayores, Prado lo considera una idea extraordinaria y que habría que potenciar: “Los jóvenes tienen unos valores y una ética maravillosa aunque muchas veces no se aproveche toda esa capacidad de ayudar que tienen, por eso es una etapa tan buena para promover el voluntariado”.
Con respecto a esta situación, recuerda que también se pueden dar algunos conflictos, por lo que es importante prevenirlos indicando al joven unas pautas muy precisas sobre lo que puede pasar y cómo actuar en cada caso para que no se desborde. Incide en la necesidad de reforzar el papel del joven como cuidador reconociéndole la importancia de su función, esto alimentará su autoestima y su compromiso.
Fuente: Cuídate Plus