Un año de acoso en silencio
Las víctimas de «bullying», problema que empieza a detectarse en niños de 7 años, tardan doce meses en alertar sobre el problema; más de la mitad pierden a sus amigos del colegio.
Arturo no existe. Solo es una forma de poner nombre al perfil de niño que sufre acoso escolar dibujado por los datos recabados en el segundo Estudio sobre Acoso Escolar y Ciberbullying, elaborado a partir de las llamadas recibidas en el teléfono de ayuda de la Fundación ANAR. Arturo podría ser un avatar construido con la media de edad de las víctimas o con el epígrafe que concentra el mayor porcentaje de menores en asuntos como el rendimiento escolar o la pérdida de amistades derivadas de ese problema.
Entonces sería un preadolescente a punto de cumplir los once años (tendría 10,9 en realidad), que durante 13 meses habría permanecido callado mientras que compañeros, de prácticamente su misma edad (11 años), le insultaban, le pegaban de vez en cuando, lo amenazaban o le rompían el material. Normalmente no actuaban solos. La mayor parte de las veces en grupos pequeños de dos a cinco menores.
Las llamadas que han dado pie al trabajo constatan, en un solo año, una rebaja de 7 meses en la edad media de los menores que sufren acoso, que ahora está en los 10,9 años. También es menor la edad media de aquellos expuestos al fenómeno conocido como cyberbullying. Esta ha pasado de los 13,6 años en el 2015 a los 13,5 un año después.
Cada vez más pequeños
Aunque no es la tónica general, el trabajo presentado ayer por representantes de la Fundación ANAR y la Fundación Mutua Madrileña, advierte de que el problema empieza a detectarse mucho antes. Ha habido casos a los 7 años en el caso del acoso tradicional y a los 9 cuando hablan de otros fenómenos relacionados con las nuevas tecnologías como el conocido como cyberbullying.
Aunque la gran diferencia que Arturo habría notado en el 2016 con respecto al 2015 es que, aunque el grado de ofensas que le proferían sus atacantes fue menor, sus compañeros habrían ido difundiendo cada vez más rumores o lo habrían ido amenazando cada vez más a menudo. En el caso del acoso a través de Internet Arturo debería llamarse Lola porque son las niñas las que más lo sufren. En ese caso, lo que más ha aumentado son los boicots que no dejan a los menores entrar en un determinado grupo formado en una red social.
Pero al hablar de bullying hay que recurrir de nuevo a Arturo, que habría pasado más de un año de calvario antes de contárselo a sus padres para luego marcar los números del teléfono de ayuda de ANAR porque, como muestra el estudio, el tiempo medio entre el comienzo del acoso y el momento en el que las víctimas demandan ayuda es de 13 meses.
La tristeza, la ansiedad, el miedo, el aislamiento y la soledad habrían ido apoderándose poco a poco de este avatar. Y eso le ha ido provocando, muy en el fondo, un sentimiento de rabia al verse relegado por sus compañeros del centro.
Aislado en el centro
Pero no solo eso. Este niño imaginario de poco más de diez años habría ido quedándose solo en el colegio. Lo habría hecho poco a poco, hasta acabar formando parte de un 62,1 % de menores acosados que han perdido los amigos dentro del centro escolar. Menos mal que no habría dejado la relación con los colegas que tiene fuera. Porque más de un 80 % de los menores acosados conservan sus amistades en el ámbito externo al aula. De hecho, dice el estudio, un 35, 3 % tienen muchos amigos fuera del centro.
Teléfonos de ayuda contra el acoso
900 202 010
Fundación ANAR. Es gratuito y funciona las 24 horas. Ofrece ayuda psicológica y, social inmediatamente.
900 018 018
Ministerio de Educación. El número no deja rastro alguno en la factura. Es gratuito. Funciona 24 horas.
Galicia es la cuarta comunidad que registró mayor índice de casos durante el 2016.
Galicia es la cuarta comunidad española que registró durante el 2016 un mayor porcentaje de casos de acoso escolar, según los datos del estudio realizado por la Fundación ANAR. Aunque el porcentaje (9,9 % del total ) resulta igual al registrado en la Comunidad Valenciana, su representación en el global subió más de seis puntos en relación al 2015, cuando las cifras de la comunidad gallega representaron solo el 3 % de las del conjunto del Estado. En el caso del cyberbullying, los casos registrados en el 2016 en Galicia fueron el 10,4 % del total frente al 2,5 % del 2015.
Fuentes de la Asociación Galega de la Asociación Galega de Pedagogos e Psicopedagogos de Galicia destacan que una de las razones del aumento radica en que en la actualidad hay muchos más mecanismos para poder detectar este tipo de casos. No solo eso. También hay cada vez más colectivos que están implicados en prevenir el problema, con lo que los casos pueden ser detectados antes.
Fuente: La Voz de Galicia