Buenas Prácticas en Educación
En general, se entienden como “buenas prácticas” todas aquellas experiencias que se guían por principios, objetivos y procedimientos apropiados o pautas aconsejables, que en la práctica real de una determinada profesión o actividad han producido resultados positivos, demostrando su eficacia y utilidad en un contexto determinado.
El concepto de buenas prácticas se utiliza en una amplia variedad de contextos y entre sus objetivos se encuentra la búsqueda de parámetros y criterios de calidad y la eficiencia de las intervenciones a la hora de ejecutar procesos concretos. Uno de estos contextos donde las buenas prácticas pueden actuar como modelo o referencia para profesionales o personas en formación es, por supuesto, el educativo.
Sin embargo, en ocasiones se acaban percibiendo las buenas prácticas como consejos demasiado obvios o, por el contrario, situaciones teóricas ideales que son difíciles de trasladar a un contexto real, como puede ser el aula.