Guía para Organizaciones: Empresas Libres de Violencia
La expansión de las libertades y de las oportunidades de todas las personas, tal como postula el paradigma de desarrollo humano, es el fin último de las acciones que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) promueve en los países de América Latina y el Caribe. Para alcanzar un pleno desarrollo humano, es necesario identificar y establecer acciones específicas que permitan superar los obstáculos existentes que en muchas ocasiones restringen las oportunidades para el pleno desarrollo de las personas, las familias y las comunidades. En nuestras sociedades actuales, estos obstáculos se vinculan con las condiciones socioeconómicas, la pertenencia étnico-racial, el lugar de residencia, la edad y, muy especialmente, con el sexo de las personas.
Es indiscutible que una de las transformaciones sociales más importante de los últimos cincuenta años es la inserción de las mujeres en ámbitos que antes estaban reservados de manera casi exclusiva a los hombres, como, por ejemplo, la participación política y el manejo o administración económica. Este cambio ha generado fuertes tensiones en los roles históricamente asignados a los hombres y las mujeres en nuestras sociedades, pero ¿hasta qué punto los ha modificado? ¿Cómo han respondido las empresas ante esta transformación? ¿Son hoy las empresas espacios más igualitarios que hace treinta años?