En lo que puede quedar el máster de formación del profesorado de secundaria.
Con idéntico título lanzaba, hace algo más de un año, algunas reflexiones acerca del proyecto del máster para profesores de secundaria, como ya en noviembre de 2008, nuestra asociación hacía públicas sus aportaciones al proceso de reforma de los estudios universitarios, en lo referente a la formación inicial del orientador. Y es que, por aquel entonces, presenciábamos, desde fuera, dicho proceso viendo cómo comenzaban a aparecer las primeras dificultades que, en el orden práctico y técnico, irrumpían a la hora de planificar y poner en práctica las diferentes medidas de cambio.
Dejaremos para la historia la oposición abierta contra el proceso de reforma que diferentes colectivos, especialmente estudiantiles, fueron librando en la calle y en la opinión pública; así como la no menos descarnada batalla que se libró en el interior de la institución universitaria entre partidarios y detractores, y en los sectores aledaños afectados por los cambios, como por ejemplo, los colectivos profesionales con nueva regulación de sus profesiones. Finalmente, el proceso de adecuación de las estructuras universitarias al denominado Espacio Europeo de Enseñanza Superior no tuvo marcha atrás.
Desde que el Real Decreto 55/2005 por el que se establecieron las nuevas enseñanzas diera el pistoletazo de salida, posteriores regulaciones fueron preparando su implantación anticipada o los plazos para culminarla. Entre dichas normativas, algunas afectaron al mundo educativo del ámbito no universitario. En particular, las referidas al reconocimiento de las profesiones docentes como reguladas y al cambio en la formación inicial de los profesores de secundaria, que obligaban a acreditar su idoneidad mediante el requisito de una titulación de postgrado; el máster. Poco después, la orden ECI/3858/2007 precisó los objetivos, condiciones de acceso y planificación de las enseñanzas del referido máster. Y así comenzó la carrera de diferentes universidades por ofrecer dichos estudios, a medida que la santa madre ANECA los iba dando de paso.