RINCÓN DE LA PEDAGOGÍA(*): Transtorno de aprendizaje (II)
En primer lugar, es importante diferenciar entre las dificultades del habla y las dificultades del lenguaje. Las primeras tienen que ver con el modo en que el niño articula los sonidos, de las que nos ocuparemos en este caso, y las segundas con la capacidad para recibir y comprender lo que escucha y la capacidad para expresar ideas.
Pude suceder, en las primeras fases del desarrollo del lenguaje, que los niños no pronuncien correctamente todos los sonidos; que no sean capaces de imitar correctamente el habla que escuchan. Normalmente estas dificultades se van superando, de manera que cuando inicia la Educación Infantil ya tiene un habla inteligible, pero en algunas ocasiones los niños necesitan ayuda para poder avanzar en el desarrollo del habla y debemos ofrecérsela.
¿Cuál es el desarrollo del habla?
Podríamos decir que la adquisición del habla sigue una progresión natural en los niños. Puede ser que no todos lo hagan en el mismo momento, pero sí todos pasan por esas etapas. Normalmente, alrededor de los 9 meses, los bebés comienzan a emitir los primeros sonidos y vocalizaciones. Poco a poco los irán utilizando para comunicarse con su entorno y aparecerán las primeras palabras (mamá, papá, agua…). Prestarán atención al habla de las persona y emitirán sonidos, además del llanto, para atraer la atención de sus cuidadores. Entre los 12-15 meses ya suelen entender sencillos enunciados (dame el muñeco, toma agua,…), pueden incluso poner nombre a algún miembro de la familia (tata, nene,…). Alrededor de los 2 años ya manejan alrededor de 50 palabras, sustantivos y verbos, que combinan y forman frases sencillas.
La explosión del lenguaje sucede entre los 2-3 años. Aumenta considerablemente el vocabulario y la construcción de frases. Imitan todo tipo de expresiones, son capaces de contar sucesos, preguntar, pedir, explicar… Alrededor de los 3 años las dificultades en la pronunciación de los diferentes sonidos queda corregido de un modo natural, exceptuando algún sonido más complicado como la –r- o la –s-. Hacia los 4 años se le debería comprender todo, tanto por las personas más allegadas (padres, abuelos, hermanos…) como por los extraños.
¿Qué indicadores debemos tener en cuenta para sospechar de problemas del habla?
Hasta la entrada en la Escuela Infantil no deberíamos preocuparnos por las dificultades del habla. Es con tres años, cuando ya ha habido un retraso importante en la aparición de las primeras palabras, y esto se une a importantes dificultades articulatorias, junto con el uso de palabras infantilizadas (aba por agua, guau por perro,…) y formación de frases muy simples, omitiendo palabras funcionales (artículos, preposiciones, conjunciones, pronombres y determinantes), que deberíamos preocuparnos y tomar medidas.
En primer lugar se deberían comentar las inquietudes con el profesor o con el pediatra. Seguramente ellos ofrecerán indicaciones en el caso de que sea necesario tomar medidas y cuales se deben tomar para que el niño resuelva los problemas articulatorios. Si queda alguna duda en los padres, estos también podrían consultarlo con un logopeda, este podrá valorar adecuadamente la situación actual del niño y plantear la intervención necesaria si fuera necesario.
¿Qué se puede hacer desde casa para estimular el habla del niño?
Ya desde bebé se debe hablar y cantar al niño, hay que estimularle e invitarle a que imite tanto los sonidos como los gestos (Cuatro lobitos.., Aserrín, Palmas palmitas…). Debemos describirle todo lo que vamos haciendo cuando lo bañamos, lo cambiamos, lo vestimos, le damos comida, cogemos objetos… A partir de los 9 meses ya podemos enseñarle libros, los primeros serán muy simples, principalmente reforzando distintas texturas, luego introduciremos historias sencillas de manera que él pueda repetir algunas palabras.
No imitar el habla de su hijo, no nombrar los objetos o personas como él lo hace, hacer un uso correcto del lenguaje en todas las ocasiones, es una de las recomendaciones más importantes que podemos hacer para contribuir al desarrollo correcto del habla del niño.
Dolores Armas Vázquez
Psicopedagoga
Colaboración dominical especial de APEGA con Carriola de Marín