La eficacia de la enseñanza está en mejorar los procesos educativos de los alumnos
Hace unos días, el presidente del Gobierno soltó toda una bomba educativa: anunció un plan de refuerzo de las matemáticas y la comprensión lectora para los estudiantes desde tercero de primaria hasta cuarto de ESO, al que también se incorporarían los de Bachillerato. En total, el plan podría abarcar a alrededor cinco millones de alumnos.
Este plan no es ninguna ocurrencia del Gobierno sino que viene visado por los nefastos resultados obtenido por los alumnos de algunas comunidades españolas en el último informe PISA. Así que habrá que darle la enhorabuena por empezar a comprender que desde las Administraciones hay que apoyar a unos maestros y profesores que ya venían haciendo todo lo posible con los medios de que disponían para mejorar las capacidades de sus alumnos.
El nuevo plan prevé un apoyado financiero de más de 500 millones de euros que, aunque en principio parecen suficientes, el Ejecutivo ya ha advertido de que pueden ser incrementados una vez que las medidas hayan sido analizadas con las comunidades autónomas.
El plan incide en tres grandes objetivos como son la reducción de la ratio de alumnos por aula, la incorporación de profesores de apoyo a los alumnos con bajo rendimiento en matemáticas y comprensión lectora, y el diseño de un plan de formación en matemáticas destinado al profesorado.
Como se puede comprobar, no son temas baladíes. Así, la rebaja de la ratio de alumnos por aula es una de las clásicas peticiones de los sindicatos a las Administraciones educativas. Y a nadie se le escapa que tener menos alumnos en un aula hace que el profesor pueda individualizar mejor sus enseñanzas. Aunque ahora ya no existen aulas con más de 40 alumnos como ocurría en un pasado no tan lejano, también es cierto que los conceptos y los temas de estudio de las asignaturas son cada vez más complejos, a la vez que en una misma aula se concentran muchos alumnos con capacidades diferentes a las que es necesario dedicarles más tiempo para mejorar sus aprendizajes.
Otra demanda sindical y por ende de los profesores y padres es la de añadir clases extraescolares de las principales materias del programa para aquellos alumnos que avanzan con mayores dificultades y que de este modo puedan sacar un mayor provecho a sus estudios. Una labor que deberían hacer las propias escuelas dentro de su horario extraescolar bien a través de profesores de apoyo o con los mismos que ya imparten las clases en el centro, o con ambos colectivos apoyándose mutuamente.
Tampoco está de más procurarles una mayor formación a los profesores en cursos de reciclaje que les permitan abordar sus asignaturas desde nuevas metodologías a la par que con una mayor comprensión sobre la naturaleza de las dificultades de los alumnos a los que más se les atraganta la asignatura de matemáticas o la comprensión de los textos. Unos elementos del aprendizaje que serán centrales en sus vidas y que de no mejorar durante su escolaridad podrían suponer unos importantes problemas para muchas aspectos de sus vidas futuras.
Algunas comunidades autónomas ya habían iniciado su propio camino en cada uno de los apartados presentes en el plan gubernamental, además de que, como apuntaron algunos de los presidentes de comunidades gobernadas por el PP, la Educación es competencia exclusiva de todas ellas. Sin embargo, creo que a nadie le debería amargar un dulce en forma de nuevos recursos presupuestarios canalizados hacia ellas para vigorizar sus competencias.
Otra de las críticas que se le ha hecho al plan desde el PP ha sido que este no hace más que visualizar la falta de adecuación del modelo de la Lomloe, algo totalmente incierto, ya que tanto con este como con cualquiera de los anteriores siempre se ha visto la necesidad de actuar en donde ahora se incide.
Así que si ahora se ha decidido actuar sobre estas dificultades, bueno será que todo el mundo se ponga manos a la obra con el fin de beneficiar a quien más lo necesita: los alumnos que tendrán que pasar los próximos años por las evaluaciones de PISA y con ello poder demostrar que cuando se les ponen los recursos necesarios, ellos también pueden dar lo mejor de sí mismos.
José Manuel Suárez Sandomingo