¿Cómo sobrevivir a la vuelta al cole?
Mantener una comunicación activa, escuchar y validar los sentimientos de los niños, acostumbrarles a unos horarios fijos e involucrarles en la compra de material son los consejos más recomendados por psicólogos y profesores.
Para muchos, septiembre implica una nueva temporada, una oportunidad para hacerse nuevos propósitos y mejorar el año. Sin embargo, septiembre es una palabra temida para muchos niños, que los últimos días de agosto, entre anuncios de libros de texto, uniformes, mochilas y material de papelería, sienten frustración e incluso ansiedad ante el comienzo de un nuevo curso y rechazo por la vuelta a la rutina.
Estos sentimientos pueden derivar en un síndrome o depresión post-vacacional, algo que afecta, según los datos de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, a entre el 5% y el 8% de los estudiantes.
Se trata de un “conjunto de síntomas característicos de una depresión pero totalmente reactivos a la adaptación que supone volver a la normalidad”, explica Vanesa Lara López Agrelo. La doctora en Psicología y directora de Unipsi Clínica cita los síntomas más frecuentes: “fatiga, falta de apetito, molestias estomacales, tristeza, irritabilidad, trastornos del sueño y, cuando vuelven al cole, falta de concentración”.
A la hora de valorar cómo afrontan los alumnos esta vuelta a la rutina, Noelia Labrandero, directora de Evermine Psicología, destaca que “cada niño es único y sus reacciones pueden variar”. “Muchos están contentos por volver a ver a sus amigos o retomar actividades extraescolares. Hay algunos más inquietos y con cierta ansiedad si, por ejemplo, pasan de Infantil a Primaria. Otros están muy tristes por dejar atrás el verano”, expresa.
Labrandero también llama la atención en torno a una emoción que parece estar creciendo: el miedo al fracaso. “Los niños están cada vez más preocupados por su rendimiento académico, tienen miedo de no cumplir con las expectativas de los padres y profesores, y eso les genera mucha ansiedad”, valora. También encuentra estudiantes abrumados por las tareas escolares, frustrados si se les da mal alguna asignatura y muy desmotivados.
Desde el IES José Luis López Aranguren, Diego Baena, profesor de Matemáticas de Secundaria y Bachillerato, lo tiene claro: la ilusión está por todas partes. “Están emocionados y expectantes por el comienzo del curso. También suelen estar muy desconectados de la rutina y les cuesta volver a la dinámica escolar, pero vienen con las pilas cargadas y eso facilita que vuelvan a coger el hábito de estudio”, declara.
Elena Rodríguez, profesora de Lengua Castellana, Ciencias Sociales y Naturales en 5º y 6º de Primaria en el Colegio Alcalá, también percibe cierta incertidumbre. “Son conscientes de que se van haciendo mayores y cada vez que superan un curso, el siguiente va a ser más difícil”, expone. Ese sentimiento es más palpable en los alumnos más mayores, quienes “son más conscientes de lo que implica el colegio, del futuro”, subraya.
El papel de los padres es clave estos días previos al comienzo del curso. Este empieza con el propio lenguaje, tal y como detalla López Agrelo: “Es frecuente que a los niños les preguntemos cuándo empiezan el cole con una comunicación negativa, como cuando les decimos qué poquito les queda para que se acabe lo bueno o señalamos lo largo que se va a hacer el tiempo hasta las vacaciones. Son mensajes que no favorecen una actitud positiva y con los que asociamos el disfrute solo con periodos vacacionales”.
Esa actitud positiva puede “ayudar a los niños a comprender que volver a empezar no tiene por qué ser tan duro”, manifiestan los profesionales del centro de formación CEAC. Pero no solo antes de volver. “Poner en común en familia todos los días lo mejor de ese día hace que los niños pongan el foco en los aspectos gratificantes y positivos”, recomienda López-Agrelo.
Además, para hacer más llevadero el proceso, los expertos coinciden en ir ajustando horarios y rutinas, tanto los días previos a la vuelta como las primeras semanas. “En vez de volver a todo de golpe y porrazo, podemos volver al cole en septiembre, incluir deporte en octubre, en noviembre música… una rutina gradual para que la transición sea un poquito más suave”, propone Labrandero.
Como parte de esa rutina, la directora de Evermine Psicología apuesta por “establecer metas y expectativas realistas” e implicar a los pequeños en la preparación para la vuelta al cole dejando que escojan su mochila, ropa y materiales escolares, además de enseñarles a practicar técnicas de manejo del estrés y la ansiedad, como la respiración o la meditación.
Pero, sin duda, lo que marca la diferencia es el apoyo emocional constante. “Recomiendo a los padres hablar con los niños de sus sentimientos y preocupaciones, animarles a expresar lo que sienten y escucharles, validando sus emociones”, señala Labrandero, como clave para que disminuya su ansiedad y estrés al pensar en la vuelta a la rutina. “Celebrar sus logros y esfuerzos es una de las acciones más importantes que pueden hacer los padres para el bienestar emocional de sus hijos”, aclaran desde CEAC.
Labrandero recuerda que “cada familia es única y lo que funciona para una puede que no sea igual de efectivo para otra”. Pero insiste en que es fundamental que los padres estén “en contacto con la escuela, los profes y el personal encargado de sus hijos para estar al tanto de sus progresos y dificultades y tomar medidas, si es necesario, desde casa”.
Baena es de la misma opinión. Según defiende, “los padres saben que pueden contar con el centro educativo para lo que necesiten”, pues los colegios quieren “mejorar el bienestar” de su alumnado. Para este profesor, la comunicación con las familias es imprescindible, ya que ellas son “quienes mejor conocen a los alumnos”. Por eso, anima a los progenitores a “participar en el proceso educativo” a través de las actividades que su centro realiza en colaboración con el AMPA, a quienes considera “un pilar”.
Por su parte, Rodríguez reitera la importancia de marcar a los alumnos unos horarios días antes de volver al cole, para ir acostumbrándose de nuevo a la rutina, y de tener paciencia con ellos. “Seguramente las primeras semanas sean difíciles para ellos. Incluso a los adultos nos cuesta volver después de temporadas de descanso. Pero recuperar unos horarios marcados y una rutina ayuda a que los más pequeños se vayan haciendo a la idea de que la vuelta al cole ya está aquí”, concluye la profesional.
Fuente: Magisnet