¿Por qué la ideología de la identidad de género afecta negativamente a la igualdad en las aulas?
Sé que el título de este artículo es demasiado largo pero pretendo ser muy exacta a la hora de explicar lo que nos estamos encontrando en las aulas en los últimos años. Según el Barómetro Juventud y Género 2021, uno de cada cinco chicos (varones) de entre 15 y 29 años niega la existencia de la violencia machista. Entre 2019 y 2020, la idea de que esta violencia es “un invento ideológico” ha crecido del 11% al 20%.
Estos datos son alarmantes y reflejan la realidad que las docentes feministas observamos en los últimos años. Por un lado, nos encontramos con alumnos que creen que la violencia sexual y los asesinatos machistas son cometidos por hombres “enfermos”, que son puntuales y que los hombres son objetivo de persecución por parte de las mujeres que interponen denuncias falsas contra ellos. Por otro lado, cada vez con más frecuencia, se burlan del feminismo porque desde los medios e instituciones políticas se muestra la imagen de que el feminismo es hablar con la “e” y que el feminismo es el Ministerio de Igualdad de España. Ellos, los varones heterosexuales, se ríen de estas conceptualizaciones. Ellos entienden muy bien que el sexo es binario, saben diferenciar perfectamente a un hombre de una mujer, creen que la autodeterminación del sexo es “un chiste” (cito literalmente a uno de mis alumnos), no entienden por qué hay un alumno al que se le permite cambiarse con las chicas si es “como ellos”, etc.
Al creer firmemente que esta es una realidad material (tanto como que la lluvia moja o que la Tierra es redonda) se ríen de toda esta sinrazón de doctrinas generistas. Aunque no hayan reflexionado nunca sobre lo que es el género, niegan la existencia de múltiples géneros y, ya de paso, abrazan con euforia el uso del genérico masculino. Nunca han reflexionado sobre lo que es y lo que implica la masculinidad pero negando estas doctrinas la refuerzan indudablemente; la refuerzan frente a un conjunto de ideas anticientíficas que lo primero que hacen es decir que el sexo biológico no existe, que es un constructo social. La primera mentira es lo que les sitúa fuera del alcance de la ideología de la identidad de género, y lo que les aleja de formar parte de una futura sociedad más igualitaria es identificar feminismo con teoría queer. Así, un sector nada despreciable de futuros hombres heterosexuales se mantendrá contrario, no solo a la teoría queer que no les interpela, sino también al feminismo sin saber realmente lo que es. El patriarcado se puede adjudicar un tanto.
Un sector nada despreciable de futuros hombres heterosexuales se mantendrá contrario, no solo a la teoría queer que no les interpela, sino también al feminismo sin saber realmente lo que es. El patriarcado se puede adjudicar un tanto
Dice la maestra Amelia Valcárcel que los postulados transgeneristas buscan la suplantación del feminismo. Pero observando, año tras año, la situación en las aulas se deduce que la ideología de la identidad de género no persigue únicamente la suplantación del feminismo sino su reducción social y su posible aniquilación. Como afirman Silvia Carrasco, Marina Pibernat, Ana Hidalgo y Araceli Muñoz en La coeducación secuestrada, se pretende acabar con el único movimiento social que hace frente al neoliberalismo.
Las feministas sabemos que necesitamos en nuestro camino no sólo a las mujeres sino también a los hombres. Hombres que comprendan que las mujeres somos seres humanos y no objetos cosificables, hombres corresponsables que asuman sus paternidades en igualdad, hombres que deseen compartir el espacio público con nosotras y que luchen a nuestro lado por nuestra emancipación.
¿Cómo vamos a hacerlo si los hombres del futuro que están hoy en nuestras aulas niegan la violencia machista, se posicionan como víctimas de las “malas mujeres” y rechazan el feminismo por creer que es una doctrina engañosa que pretende convertir a las chicas en chicos y viceversa?
Las docentes feministas debemos decir la verdad en las aulas. Hay que señalar que el sexo es una realidad material biológica, que gracias a los cuidados la especie humana ha prosperado. Los seres humanos nacemos vulnerables, necesitamos que nos cuiden y gracias a estos cuidados sobrevivimos en un entorno muchas veces hostil. Las docentes feministas debemos señalar que nacer niña o nacer niño no nos determina en absoluto y que la abolición del género (estereotipos sexistas) y no su sacralización en cientos de géneros es lo que nos hará más libres.
Miren de la Torre pertenece al colectivo de Docentes Feministas por la Coeducación (DoFemCo) y es profesora de Secundaria en la Comunidad Valenciana.
Fuente: Magisnet