Peleas entre hermanos
Los enfrentamientos entre hermanos son normales y naturales. Es difícil encontrar dos hermanos que no se peleen. Debemos vivirlo como una etapa más de su crecimiento. Suelen pelear por celos, por llamar la atención de los padres, por los juguetes, por las pertenencias, etc. Hay hermanos a los que les sobran motivos para pelearse. Peleas y discusiones que se producen en muchas ocasiones porque ambos quieren un objeto al mismo tiempo o no se ponen de acuerdo sobre qué dibujos ver en la televisión, etc.
Personalmente soy partidario de dejar que ellos intenten resolver sus conflictos por sí mismos (haciendo uso de sus recursos personales), que negocien. Es otra forma de comunicarse, de ir aprendiendo a gestionar conflictos, aprender a cooperar, aprender a tolerar, etc. Los conflictos en sí no son malos, al contrario son una oportunidad para aprender y madurar.
Recomendación:
➤ No juzgues.
➤ No protejas al más pequeño.
➤ No eches la culpa al mayor.
¿Qué podemos hacer?
Es importante aclarar a nuestros hijos que no admitimos peleas en casa. Para poder evitarlas es necesario que realicemos un doble trabajo de observación: por un lado observamos a nuestros hijos pero por el otro también nos observamos a nosotros mismos. Tenemos que actuar como «observadores neutrales» decidiendo en qué momento intervenir (puede ser cuando empiecen a gritar, a insultarse o pegarse). Una vez rebajada la tensión, podemos iniciar una técnica de resolución de problemas para abordar conflictos. Los pasos básicos son los siguientes:
- Definir el problema:
- Tranquilizarse en el caso de que todo el mundo estuviera demasiado alterado para poder hablar de forma racional.
- Cada persona escucha a la otra intentando explicar su versión de lo ocurrido (incluyendo cómo se siente).
- Intentar resolver juntos el problema.
- Pensar soluciones en común, tantas como se pueda.
- Evaluar todas las soluciones y discutir cuáles son aceptables para ambas partes. Si no hay soluciones aceptables volver al punto 2 y pensar otras.
- Elegir una solución en que ambas partes coincidan.
- Probar la solución.
- Si funciona mantenerla y si no, pensar en otra.
- Al principio tendremos que conducir paso a paso a nuestros hijos en este proceso, pero con el tiempo serán capaces de seguir los pasos por su cuenta y resolver así sus disputas de la mejor manera posible.
Recuerda. Los padres somos el modelo de referencia de nuestros hijos. No les podemos decir que no se peleen mientras están viendo a sus padres discutir de manera habitual. Somos su espejo y actúan por imitación.