Brecha de género en las aulas

Las estudiantes españolas de 15 años obtienen de media mejores resultados en comprensión lectora que los varones, que por su parte son mejores en matemáticas, según el estudio El ABC de la desigualdad de género en educación, presentado ayer de forma simultánea en Berlín, Tokio, Washington, Londres, París y Madrid. La confianza en las propias aptitudes y la actitud hacia los estudios son un factor determinantes de estas diferencias, según este documento realizado por la OCDE a partir de datos de PISA 2012 y otros estudios. En este sentido, en los más de 30 países de la OCDE, el porcentaje de chicos de 15 años que no llega a las competencias y conocimientos mínimos que evalúan los informes PISA en lectura, matemáticas y ciencia es mayor que el de chicas (un 14% frente al 9% de estas), aunque en España la diferencia es algo menor que la media de países.

En España, el documento constata que esta brecha de género ha aumentado de 2003 a 2012 en Matemáticas (a favor de los chicos) y en Lectura (a favor de las chicas). En este sentido, ellas obtuvieron una media de 505 puntos en lectura en PISA 2000 y de 502,5 en PISA 2012, mientras que los varones bajaron de 481 a 474 puntos. En el caso de las matemáticas, los chicos se mantuvieron prácticamente estables (490 y 492 puntos, respectivamente) y sus compañeras pasaron de 481 a 476. En ambos casos, la puntuación está por debajo de las medias de la OCDE. Las chicos son repetidores en mayor proporción (36,5% frente a 29,1% de chicas).

Asimismo, son más las chicas que leen por placer y entretenimiento que los chicos (70% frente al 50%). Por otra parte, los varones muestran más interés y están más seguros ante las matemáticas que las chicas, que tienen más ansiedad. En este sentido, el 47% de ellas se ponen muy nerviosas al hacer los problemas, frente al 36 % de varones. Además, las actitudes de los varones hacia las tareas escolares es también más negativa, de acuerdo con el estudio. Por ejemplo: Es un 8% más frecuente que piensen que la escuela es “una pérdida de tiempo” y dedican, de media, una hora menos a realizar los deberes.

Para los profesionales gallegos en educación, este informe advierte de que “algo falla” en el sistema educativo español. Para el presidente de la Asociación Profesional de Pedagogos de Galicia, José Manuel Suárez, no hay que incidir tanto en la brecha de género como en un sistema educativo demasiado centrado en la memorización. “Hombres y mujeres nos gobernamos de forma diferente y esto es biología. Pero no se trata de que ser iguales, sino complementarios. La educación tiene que adaptarse al individuo y no este a la educación. Si a un alumno se le dan bien las matemáticas, ¿por qué se le tiene que machacar con el latín? Y viceversa”, argumenta. Suárez resta valor a los datos de este tipo de estudios, ya que en su opinión, las estadísticas no son fiables cuando analizan personas, aunque sí reconoce que el sistema educativo español necesita un cambio. “El problema es que es el mismo que hace 40 años. El profesor tiene que ser una persona de entrenamiento y no el que llega y suelta el rollo para que luego lo repita el lalumno”, expone.

Por su parte, el presidente de ANPE, Julio Díaz, vaticina datos peores aún en futuros informes debido a los recortes. “Han desaparecido 5.000 profesores en todo el estado y esto se va a notar”, asegura. Sin embargo, relativiza los datos sobre fracaso escolar. “El boom urbanístico hizo que muchos chicos de 16 años dejasen de estudiar o no se esforzasen porque sabían que podían conseguir un trabajo muy bien remunerado para el que no necesitaban los estudios”, explica.

Por otro lado, la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, calificó como “lamentable” la deriva hacia una mayor brecha de género en los estudios y subrayó que esta se produce básicamente entre los estudiantes que se sitúan en la franja de peor rendimiento de ambos grupos. Gomendio lamentó que hasta ahora “no existiese ningún tipo de control” o evaluación que permitiera detectar retrasos en el aprendizaje.

Fuente: La Opinión A Coruña