Un espacio de socialización
Un hospital sin personal sanitario no se le podría llamar hospital, pero un hospital es mucho más que un centro terapéutico, es una residencia, un centro de acogida, …y también una escuela. De hecho, hoy no se puede inaugurar ningún centro hospitalario en España que no disponga de una escuela. Todos los hospitales infantiles, de rehabilitación o con servicios pediátricos permanentes deben contar con una sección pedagógica en se pueda desarrollar el proceso educativo de los alumnos de Educación Infantil, Educación Primaria y Educación Secundaria obligatoria que se encuentren internados en ellos. Pero ¿cuál es la función de una escuela en un hospital?.
Cuando un niño ingresa por primera vez en un centro sanitario por una enfermedad con un pronóstico de larga duración entra en un espacio que le es totalmente nuevo, en el que todo extraño y en donde la asepsia es la norma. Lo que va a ver en este lugar le es desconcertante: las habitaciones, las camas, los pasillos, las comidas,… hasta el personal viste diferente a las personas con las que acostumbrados a tratar en su vida diaria.
Estas novedades deben ser aminoradas lo máximo posible, y para ello está ese segundo espacio de socialización de los niños después de la familia: la escuela. La escuela en un hospital, pues, desempeña una función de armonización de la vida del niño enfermo, al volverle a situar en un contexto conocido.
Cuando, además, el niño se encuentra en su período de escolarización obligatoria, esta escuela cumple con la tarea de mantener al niño dentro de las expectativas que se esperan de su formación normalizada, de que continúe con su aprendizaje. Aunque normalizar su vida escolar no es el único objetivo, y desde un punto de vista psicopedagógico, ni siquiera el primero. Si siempre decimos que la salud es lo primero, allí y para él, es lo más importante.
Los profesionales de la educación que se encargan de las escuelas hospitalarias tienen mucho más en cuenta las necesidades de bienestar de los pequeños que sus aprendizajes escolares propiamente dichos, pues saben que el interés conocer del niño está siempre presente, pero para ello deben estar emocionalmente tranquilos y estables.