¿Por qué hay sobreocupación en los centros residenciales de menores de Galicia?
Un dato se repite en Galicia en las últimas semanas al calor de la polémica sobre la próxima derivación de menores migrantes no acompañados a las comunidades: que los recursos residenciales del sistema de protección de menores gallego están ya con sobreocupación. Independientemente de que lleguen o no lleguen más niños y adolescentes desde Canarias, los centros para alojar a menores en situación de desamparo ya están por encima de sus posibilidades. En concreto, este fin de semana la Consellería de Política Social actualizó la cifra situándola en el 108 %.
Desde el departamento que encabeza Fabiola García detallan que en la comunidad existen 78 recursos residenciales, la mayoría siguiendo el modelo de pequeñas casas de familia, con hasta ocho plazas, que se integran en su entorno sin llamar la atención. Existen, con todo, algunos centros de más tamaño, pero que también siguen, en su funcionamiento, un sistema de hogares.
El grueso de los recursos son de gestión indirecta, a través de centros concertados, aunque también existen centros de gestión directa por parte de la Administración autonómica.
En total, esos recursos suman 868 plazas residenciales. Están todas asignadas e incluso se ha hecho hueco a algún menor más, llegando a esa sobreocupación próxima al 110 %, «inferior a la que están indicando la mayoría de comunidades autónomas», asegura la Xunta.
«Se a propia Administración se atribúe unha sobreocupación, entón é que xa hai un problema, non vén derivado dos menores que van vir», estima José Manuel Suárez Sandomingo, presidente de la Asociación Profesional de Pedagogos y Psicopedagogos de Galicia. Con experiencia en el sistema de menores desde 1994, Sandomingo considera que las plazas «non son suficientes» y que el exceso de ocupación «leva tempo instalado, xa está tolerado no sistema, e é froito de moitos anos de desleixo, cunha planificación deficiente, falta de investimento e unha externalización crónica».
Desde Política Social, sin embargo, rechazan que la sobreocupación se deba a una reducción de plazas, y aseguran que «en los últimos años se ha aumentado la capacidad de esta red con la apertura de nuevos recursos los más recientes en el 2024», aunque sin concretar cifras de esa ampliación. Afirman, además, que «la intención de la Xunta es seguir reforzando esta red de plazas», aunque al tiempo que se potencia el acogimiento familiar como medida prioritaria.
Sobre el impacto de la atención a menores extranjeros en estos centros, la consellería destaca que en los últimos tres años la Xunta asumió la tutela de 90 menores procedentes de Ceuta y Canarias. Además, cifra en 273 los menores de otros países que están en acogimiento residencial en Galicia, lo que rondaría el 30 % de la ocupación total.
Sonia González, presidenta del Colexio de Educadoras e Educadores Sociais de Galicia (Ceesg) aporta otra visión sobre el tema, ampliando el foco. «Non é que sexa necesario ampliar prazas, é que é necesario facer unha revisión do sistema na súa totalidade; a tendencia debe ser favorecer todo o traballo preventivo e de medidas familiares», señala, recordando además que la propia ley obliga a priorizar las soluciones que permitan a los menores estar al cuidado de una familia, sea la suya, sea una de acogida o protección.
González destaca que el trabajo de base, como el que realizan los servicios sociales de los Concellos con los menores y con las familias, o el que estiman que debería hacerse incorporando educadores sociales a los propios centros escolares, evita que muchos casos lleguen al punto de que un niño o un adolescente, teniendo padre y/o madre, acabe residiendo en un recurso residencial porque su propia familia solicite su guarda a la Xunta, al no poder hacer frente a alguna situación o a un problema conductual del menor.
«Esas gardas residenciais son considerables en Galicia, e atrévome a dicir que moitos casos que chegan ao sistema de protección son nenos e nenas que precisaron dun acompañamento desde idades ben temperás que non tiveron», señala, destacando que la Xunta está trabajando en estas líneas de intervención, pero solicitando todavía más inversión. Un enfoque que reduciría la presión sobre los centros residenciales.
«Todo isto non quere dicir que non haxa que implementar máis medidas e prazas para acoller aos rapaces sen acompañamento familiar. Galicia tamén ten que apoiar esa situación. Pero os centros teñen que estar para eses nenos e nenas para os que non hai ningunha outra alternativa rápida», defiende la presidenta del Ceesg, que recuerda que también existe el recurso del acogimiento profesionalizado, en el que un profesional se hace cargo a tiempo completo de un menor.
Fuente: La Voz de Galicia