Stop al EDADISMO
Nos ha tocado vivir en una sociedad en la que las personas mayores, con demasiada frecuencia, están siendo víctimas de exclusión social, de marginación o simplemente las ignoramos. Este fenómeno, en mayor o menor grado se denomina EDADISMO.
Sería necesario hacer una reflexión y un análisis retrospectivo de lo que ha sido la vida de las personas mayores de la sociedad actual para así poder poner freno y combatir estas actitudes edadistas que nada benefician a nuestros mayores ni a la sociedad en general.
Para este análisis de nuestros mayores vamos a remontarnos a la época de la postguerra española, tiempos en los que aquella juventud, hoy nuestros mayores, estaba sometida a largas jornadas de trabajo, se decía de sol a sol, compatibilizando incluso varios empleos para poder comprar su pisito, su coche utilitario o simplemente para llevar a su núcleo familiar unos ingresos necesarios para cubrir las necesidades básicas de familias numerosas, donde convivían abuelos, padres, hijos, nietos y muchas veces tíos y primos.
Y así, con grandes dosis de esfuerzo y de privaciones han contribuido a levantar un país arruinado por los efectos devastadores de una guerra cruel.
Poco a poco, con el paso del tiempo, la economía y la calidad de vida iba mejorando hasta llegar a la incorporación de la mujer al mundo laboral, dando paso a una nueva etapa más próspera en la que aquellos jóvenes, ahora jubilados, de nuevo tienen que aportar su esfuerzo para convertirse en “niñeras” o cuidadores de sus nietos para que sus padres puedan mantener sus empleos y cubrir sus necesidades domésticas.
Estos abuelos, de nuevo cumplen una gran labor social, dando a sus nietos todo aquello que no han podido dar a sus hijos por tener que centrar sus esfuerzos en sus largas y duras jornadas de trabajo.
Pero, por si esto fuese poco, llegan los momentos de crisis económica y de paro para que una vez mas sean los mayores quienes con sus pensiones y sueldos de jubilados ayuden a sus hijos a pagar las hipotecas adquiridas, conviertiéndose en el sostén económico de muchas familias.
Y recientemente, con la pandemia provocada por el coronavirus las personas mayores han sido el grupo de mayor riesgo pero el más disciplinado en el cumplimiento de las medidas preventivas, dando muestras de saber ser y saber estar y sin embargo son los que han sufrido los mayores efectos, causando la muerte a una gran parte de esa generación que ha levantado a todo un país.
Sin duda, las personas mayores han contribuido a la construcción del actual estado de bienestar, haciendo un incalculable aporte económico durante muchas décadas, creando empresas e industrias que han pasado a manos de sus hijos y que hoy sostienen nuestra economía.
Pero algo mucho más importante y mas meritorio es que han sido padres, madres, abuelos/as, maestros/as y transmisores de una sabiduría y de unos valores que ayudaron a construir la actual democracia en nuestro país.
En definitiva, han sido un pilar básico sobre el que se construyó la sociedad actual y sin embargo se está siendo muy injustos e ingratos con ellos, ignorando y no poniendo en valor sus virtudes y aportaciones o no teniendo en cuenta sus necesidades actuales.
Después de todo esto puede tener sentido el EDADISMO?.
Sin duda no tiene sentido la aparición del EDADISMO para una generación que ha luchado tanto, que ha vivido una etapa de privaciones, que ha levantado un país empobrecido, siendo un pilar fundamental para la conciliación familiar y un soporte económico para toda una generación.
Por ello, si tenemos el día del padre el 19 de marzo, el día de la madre el primer domingo de mayo o el día de la mujer el 8 de marzo, bien deberíamos celebrar el día del abuelo y el día de la abuela que han sido los cimientos de las actuales familias para ofrecerles implícitamente ese cariño que tanto se merecen y para obsequiarles con esos regalos que ellos nunca piden. Si bien es verdad que aparecieron tímidas tentativas de celebración del día de los abuelos el día 26 de julio, creemos que es necesario intensificar esta celebración.
Desde este espacio, un fuerte aplauso para los mayores y un rechazo al EDADISMO.
(* José Carlos Otero López es Licenciado en Pedagogía