Premios, premios y más premios
- Fecha 24 noviembre, 2022
Desde hace seis años tengo el honor de formar parte del jurado que concede Premios á Xuventude que promueve la Deputación de Pontevedra, concretamente del correspondiente a la categoría de Educación en Valores. Con estos premios se trata de poner en evidencia el talento de la juventud pontevedresa actual en ámbitos tan dispares como el emprendimiento empresarial, la investigación, el diseño y moda, la fotografía, el relato, los contenidos audiovisuales o el cómic. Y, como no, el desarrollo de los valores.
Todos los premios tienen su espacio, como se puede comprobar, pero no todos tienen características que sean homogéneas. Pues no es lo mismo sacar una fotografía más o menos original o artística que generar una empresa que produzca beneficios o transforme a las personas que trabajan en ella en verdaderos profesionales. Tampoco es lo mismo escribir un relato breve que realizar una investigación para mejorar las condiciones de vida de las personas. Sin embargo, en cualquier caso, lo que pretende la Deputación de Pontevedra es resaltar y premiar el talento de los jóvenes en parcelas en las que estos expresan sus habilidades y creatividad, y que, en un futuro más o menos próximo, darán sus frutos al conjunto de la sociedad, haciéndola progresar y poniéndolos a ellos mismos en relevancia ante el resto de sus conciudadanos.
Pero, como jurado y profesional de la educación, hoy quiero poner mi mirada sobre los proyectos que me ha tocado en suerte valorar. En primer lugar, he de decir que estos no tienen, ni mucho menos, un cariz individual, ya que el premio está pensado exclusivamente para los centros de educación de secundaria de la provincia pontevedresa que trabajan con proyectos en los que participen alumnas y alumnos de edades comprendidas entre los 12 y 18 años. Tampoco es una experiencia puntual de un grupo de personas, porque en ellos colaboran tanto alumnos y alumnas como profesores y profesoras a los que se pueden incorporar -como ya ha ocurrido en varias ocasiones- personas externas (progenitores o, incluso, profesionales). Estos proyectos duran al menos un curso escolar, integrados en las actividades lectivas y no lectivas del centro. Es decir, la organización, los objetivos de las actividades, la planificación de los tiempos, espacios y personas es muy relevante para cualquiera de este tipo de proyectos, y casi diríamos que decisivo. Todo lo anterior ha de estar coordinado en torno a algo que todos, como seres humanos, tenemos y en lo que todos nos vemos involucrados en el día a día: los valores.
En principio y contado así, parece una tarea ímproba e de difícil consecución. Pero he aquí que no solo se pueden conseguir unos buenos resultados, sino que en muchos casos estos maravillan a propios y extraños, superando con creces los objetivos fijados inicialmente, y haciendo que la visión del grupo sobre los valores llegue a ser compartida por toda la comunidad educativa, se extienda a toda su comunidad vecinal o, incluso, trasvase sus límites gracias a sus videos, puestas en escena u otros formatos en los que fueron expresados.
Algunos años, a su jurado le ha tocado la complicada tarea de tener que decidir cúales eran los mejores, pero lo que más ha calado siempre en él ha sido la implicación, el altruismo y la cooperación mostrada por todos los participantes para definir y actuar conforme a unos valores que promoviesen la igualdad entre mujeres y hombres. Unos valores que, como formula la propia convocatoria, deben ser fundamentalmente a través del desarrollo de habilidades para la identificación y el rechazo de los estereotipos sexistas que contribuyen a perpetuar las desigualdades de género, así como para prevenir la violencia de género o buscar las mejores fórmulas para la resolución pacífica de conflictos, o de cualquier otra temática encaminada a promover los valores entre la juventud, y, por extensión, en el conjunto de la sociedad.
Solo nos queda animar a que todos los centros de la provincia de Pontevedra y del resto de nuestra Comunidad se involucren en apoyarse en los jóvenes para definir, concretar y aceptar los valores que han de presidir sus actos futuros.