¿Cuánto cuesta el curso escolar? Estas son las diferencias entre públicos y concertados
Si a estas alturas de mes, notan cierta pendiente, no se asusten. Está comenzando la cuesta de septiembre, que poco tiene que envidiar a la de enero. Según un estudio que acaba de hacer público la OCU, las familias gastarán una media de 1.890 euros por hijo el próximo curso escolar, y una gran parte toca adelantarla ahora en septiembre. Esa es la media, pero dependerá del ciclo educativo, de la comunidad, y sobre todo del tipo de centro donde se matricule al alumno. Los que acudan a un colegio o instituto público afrontarán un coste medio anual de 968 euros; 2.704 euros los que vayan a un concertado y 6.247 euros quienes elijan un privado. «En el público no se pagan ni la matrícula ni las cuotas, por lo tanto estás quitando un montón de dinero, y sería la principal diferencia. Y el resto de gastos, por ejemplo, comedor, actividades, libros… suelen ser siempre mayores en un colegio concertado, y todavía más en uno privado», explica Manuel Vivas, portavoz de la OCU, que para este estudio ha entrevistado a más de 1.000 familias con hijos de entre 3 y 18 años.
«Hay que asumir los precios en función de la opción que has elegido», señala José Manuel Suárez Sandomingo, presidente de los pedagogos gallegos, que advierte que no se deben perder de vista las diferentes situaciones que se dan, concretamente aquí en Galicia, a la hora de sacar conclusiones. «No es lo mismo un niño de primaria en una ciudad que en una zona rural, porque igual no puede comer en casa o tiene jornada única y sí va. Hay muchas casuísticas. En una ciudad igual es más barato o hay más opciones, pero en el rural tienen otras necesidades, por ejemplo, el transporte porque no tienen tantas comunicaciones», apunta.
Precisamente Galicia es una de las comunidades donde más «barato» sale el curso escolar, según la OCU, que la sitúa la tercera por la cola detrás de las dos Castillas. «Entendemos que es porque se apuesta más por la escuela pública o concertada frente a la privada», señala Vivas. Una lectura que Suárez Sandomingo comparte: «En Galicia la privada 100 % es casi inexistente. Y los centros que había están desapareciendo poco a poco. ¿Por qué? Por un lado, los padres se están dando cuenta de que la educación pública es buena, ya no ven ese desnivel que había en los años 60 de que los profesores eran muy machacones en la pública y más adaptados al alumno en la privada. El rasero es el mismo. Y por otro, los centros tienen cada vez más costes, es muy gravoso asumirlos, y pasan a la concertada para que sea la Administración la que los costee, y quedarse ellos con cuatro cosas».
LOS LIBROS PIERDEN PESO
La diferencia entre lo que implica un tipo de enseñanza u otra se refleja en todas las partidas que se incluyen en el estudio, aunque en unas es más evidente que en otras. Mientras que en el material escolar la diferencia entre público y concertado es de 8 euros, y en el comedor de 30 euros al mes, en los libros de texto del mismo curso se incrementa hasta los 80. «Normalmente los centros privados, que suelen ser religiosos, tienen sus propias editoriales, que les ceden a los colegios la distribución de los libros de texto, y si no quieren hacer rebaja, les cobran a los padres lo máximo. Mientras que en un centro público puedes ir mirando precios en diferentes comercios, hay más competencia», explica Suárez Sandomingo.
La matrícula y las cuotas son los conceptos que más peso tienen sobre el total. Salvo en la educación pública, donde son inexistentes, suponen un 57 % de los gastos anuales en un concertado y un 82 % en un privado. Le siguen las el comedor (95 euros al mes en centros públicos, 127 en concertados y 146 en privados) y las actividades extraescolares (64 euros al mes en colegios e institutos públicos, 76 en concertados y 92 en privados), de ahí que el estudio sitúe a infantil y primaria como los ciclos más caros, ya que es donde suele ser más habitual contratarlos. «La solución a la conciliación se busca siempre en los colegios y en que los niños tengan un mayor horario y no en el trabajo de los padres. Hay alumnos que van incluso a dos actividades. Las extraescolares siempre encarecen. Cada vez se tira más de ellas y del comedor. ¿Que hay diferencia entre unos y otros? Sí, pero también hay que ver qué tipo de comedor hay en cada centro. No es lo mismo un cátering que una cocina. Son variables que no se tienen en cuenta, pero que pueden modificar el precio. Hay pequeños detalles que marcan diferencias», señala María José Mansilla, representante de Fecapa, la federación central de las ampas de colegios concertados de Santiago y su zona de influencia, que hace hincapié en que aunque estas partidas encarezcan las dos primeras etapas educativas, «el bachillerato puede suponer un gran gasto en un colegio concertado porque no está subvencionado y sí o sí hay que pagar una cantidad mensual, a diferencia de infantil o primaria, donde las cuotas son voluntarias aunque necesarias».
El uniforme es otro gasto a tener en cuenta y habitual en el 80% de los centros concertados, donde viene a sumar otros 176 euros al año. El resto de los gastos corresponden a material escolar (88 euros de media al año), excursiones (79 euros) y cuotas del ampa (26 euros).
Si bien es cierto que el gasto en libros aumenta progresivamente según se avanza de curso, se percibe una ligera tendencia a la baja en cuanto al peso que estos tienen en la factura total. También varía según el tipo de centro: 148 euros en colegios e institutos públicos, 228 en centros concertados y 234 en privados. «Poco a poco se está abaratando, los libros en papel están dejando paso a los formatos digitales. Pero ojo, porque hoy en día un ordenador o una tablet no bajan de 600 y 100 euros respectivamente, y estos gastos no se tienen en cuenta», apunta Vivas.
La representante de los padres de la concertada de Santiago advierte que, aunque se trata de una inversión a largo plazo, obviamente supone un gasto para las familias. «Los colegios están tendiendo a prescindir de papel, y está bien, nosotros lo respaldamos, pero nos estamos encontrando con la compra de material digital y la falta de ayudas. Sí las hay para libros en papel, pero no para un ordenador para casa», señala Mansilla. El tránsito del papel a las pantallas es una transición necesaria e inevitable, señalan los expertos. «Estamos cambiando de sistema, de libros de texto estamos pasando a trabajos cooperativos para que el niño aprenda a relacionar actividades que tienen que ver con varias materias, donde están implicadas las tablets. También hay profesores que hacen fotocopias y las reparten, pero no manejan libros, y los padres dejan de pagar 20 euros por cada uno de ellos. Estamos en un proceso de cambio, a nivel metodológico, de registro de información, porque la cogen de Internet, de aplicaciones con recursos didácticos. Y también todavía hay depósitos de material, padres que ceden gratuitamente los libros a los siguientes… Estamos en un cambio tan grande que comparar una cosa con la otra no es sencillo», apunta Sandomingo y corrobora Mansilla. «Puede haber mucha diferencia entre tener libro de texto en papel, digital o el Edixgal, que es lo que ofrece la consellería. En formato digital las familias costean las licencias y en papel puedes recurrir al fondo de libros. Las variables son tan grandes que es muy difícil decir qué curso es más caro», señala la portavoz de las familias de la concertada.