Educando a través de la televisión
Un día de marzo los escolares volvieron a casa sin ser casi conscientes de que desde ese momento su Educación pasaba del aula a la habitación, al salón o cualquier espacio donde poder seguir aprendiendo.
La pandemia provocada por la Covid-19 motivó que las autoridades sanitarias de todo el mundo decidieran que los alumnos no volvieran a clase. Las escuelas cerraron, pero la Educación tenía que seguir adelante.
En los primeros momentos, en los que el desconcierto y la incertidumbre se conjuran, cada uno sacó lo mejor de sí y se descubrió el compromiso de toda la comunidad educativa. Había que garantizar que la Educación continuara para todos los escolares sin excepción. Inmediatamente, desde el Ministerio pusimos a disposición de familias, docentes y alumnos todos los recursos de que disponíamos para la enseñanza a distancia: libros, vídeos, juegos, recomendaciones… Todo a disposición de todos.
Pero había que seguir. Era el tercer día desde que la pandemia afectara al normal desarrollo de la Educación y necesitábamos redoblar esfuerzos. Las reuniones online se multiplican. Te encuentras con personas que no conocías que comparten la aventura de llevar la Educación a cada rincón, a cada hogar, a cada alumno. Editoriales, empresas, administraciones autonómicas, ayuntamientos y cientos de personas ofrecen en abierto sus materiales. Todos piensan los mismo: Lo primero son los alumnos. Nadie pide nada, simplemente lo dan todo.
La ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, preocupada desde el primer momento por el alumnado más vulnerable, no espera a que termine el fin de semana para ponerse en contacto con Rosa María Mateo, presidenta de RTVE, a la que expone la idea: “Hay alumnos sin ordenador o con problemas de conectividad, pero casi todos tienen televisión. Vamos a llevar la Educación a las casas a través de la televisión”.
La respuesta de Rosa María Mateo es inmediata y entusiasta, como corresponde a la vocación de servicio público de RTVE. El jueves, una videoconferencia une por primera vez a un grupo de personas que nunca antes se han visto. Empezamos a trabajar juntos para que el lunes a las 9:00 horas se emita el primer programa de Aprendemos en casa.
Viernes. Llegan los primeros 75 vídeos de youtubers y empresas educativas. Todos los ofrecen en la primera llamada. Vemos más de 4.000 para hacer la selección. Se hace la parrilla de matemáticas para iniciar el programa. Se sigue configurando se continua hasta el final.
Lunes. Los niños más pequeños se sientan delante del televisor para ver el primer programa. Nosotros también, todos pendientes de las pantallas. Primeras llamadas de emoción. Estamos en marcha, seguimos haciendo camino mientras andamos.
Pasó la primera semana. Nosotros seguíamos viendo vídeos, hablando con colaboradores desinteresados, atendiendo las críticas, explicando la experiencia a otros países y otros territorios y mejorando cada día con más ilusión, agotados, pero conscientes de que esto era lo más importante que podíamos hacer. Y lo hicimos. Aquella aventura que estaba previsto que durara 15 días se convirtió en un programa de casi cuatro meses con 2.200 vídeos, cientos de colaboradores y millones de espectadores.
Llegó el último programa, que no será el último. Aquello que cubría una necesidad está llamado a convertirse en una nueva visión de la Educación y la televisión, un espacio de todos y para todos.
Es un camino abierto a nuevos contenidos educativos, a material específico elaborado para su emisión online. Una puerta a la imaginación y a la innovación que permita que la Educación nunca se pare y que ningún alumno se quede atrás.
Federico Buyolo. Director adjunto del Gabinete de la ministra de Educación y Formación Profesional