Inclusión a prueba de pandemia
A la hora de escolarizar a un alumno con necesidades educativas especiales en un centro ordinario existen varias opciones: que acuda a clase con el resto de compañeros y allí cuente con un profesor de apoyo; una enseñanza combinada (en el aula pero también con clases de refuerzo) o en una unidad de educación especial, es decir, que se forme en un aula específica para este alumnado (con clases adaptadas a sus necesidades) pero comparta otras actividades y espacios con el resto de estudiantes del colegio. Esta última modalidad es poco frecuente, pero ahora la Xunta abre la mano a poder crear más unidades de este tipo -siempre que padres y centros estén de acuerdo- dentro del protocolo fijado para este curso marcado por el Covid. Desde la Asociación de Nais e Pais de Alumnos con Necesidades Educativas Especiais (Anpanee) recuerdan que crear un aula específica para este alumnado en un centro ordinario debe ser una medida “especial y extraordinaria”, apuestan por una “escolarización inclusiva” y aunque reconocen que este curso es “excepcional”, sostienen que vigilarán que esta posible agrupación de niños de educación especial se realice “con rigor y buscando siempre la mejor opción” para los menores.
La Consellería de Educación explica que el nuevo protocolo establece que, “como norma general”, los alumnos con necesidades educativas especiales -aquellos con ciertas discapacidades o trastornos de conducta- “formarán parte del grupo estable del aula o aulas (si es enseñanza combinada) a las que pertenecen”. Pero “para facilitar la gestión sanitaria del Covid-19 y mejorar la atención a este alumnado” se podrán crear unidades de educación especial en centros ordinarios. La Xunta asegura que esta medida -que siempre debería tomarse en coordinación entre centros y familias- “contribuye a disminuir el número de contactos y reducir los grupos de convivencia de este alumnado”. Además destacan que estos estudiantes compartirían otras materias y actividades con el resto de matriculados en el colegio.
Desde Anpanee no rechazan esta alternativa pero recuerdan que la creación de estas unidades suele ser una medida “especial y extraordinaria”. “Lo ideal para estos alumnos es una escolarización inclusiva. La base de la integración en un centro ordinario es que puedan compartir lo máximo posible con sus compañeros”, indica la presidenta de la entidad, Paula Fernández, quien resalta que en el caso de la ciudad de A Coruña “solo hay un centro que cuenta con una unidad específica para este alumnado”.
Los padres reconocen que la pandemia del coronavirus “es una crisis sanitaria muy excepcional” y entienden que la Xunta “quiere ofrecer la posibilidad de unidades de educación especial en centros ordinarios como una excepción a la normalidad siempre que se considere necesario y con el acuerdo de la familias y los colegios”. En cualquier caso, recuerdan que su función es “defender una educación inclusiva y de calidad” y por tanto, estarán vigilantes a cómo evoluciona la situación y qué medidas se toman a lo largo del curso. “Estaremos atentos a que se busque siempre la mejor opción para el bienestar del alumno”, indica Fernández, que recuerda que están pendientes de la una reunión con miembros de la Consellería para ver las medidas que se aplicarán este curso marcado por el Covid.
Los pedagogos también apuestan por integrar a este alumnado en centros ordinarios, pero reconocen que en función de las características de cada niño es necesario clases de refuerzo y no ven “perjudicial” agrupar a estos estudiantes para recibir clases adaptadas a sus necesidades. “El objetivo es que nadie rechace a nadie, que los alumnos normalicen esta situación y por ello es positivo que acudan a un centro ordinario. El hecho de agruparlos en una clase si es necesario no creo que afecte a su integración porque lo normal es que lleven años en el centro y socialicen con los demás en el patio, a la hora de jugar, en los pasillos, etc.”, indica el presidente de la Asociación Profesional de Pedagogos de Galicia, José Manuel Suárez.
El nuevo protocolo de la Xunta establece otras medidas, como que estos alumnos tengan prioridad en las salidas y entradas al colegio (donde puede haber más concentración de gente), que en las sesiones de Audición y Lenguaje puedan usar mascarillas transparentes y que en aquellos alumnos que por sus características no pueda usar el cubrebocas, éste no sea obligatorio. Desde Anpanee respaldan estas medidas, pero reiteran que la mejor solución para una plena integración de este colectivo sería el contar con más profesores de apoyo. “Lo ideal es que compartan todo lo posible con sus compañeros y para que eso sea posible se precisan más medios humanos para apoyar a los niños en su propia clase o sino con salidas esporádicas con los especialistas salvo excepciones en aquellos niños que son más vulnerables a enfermedades infecciosas”, indica Fernández, que explica que este año, en principio, también el Covid interfiere en las clases de apoyo. “Antes iban de diferentes clases al refuerzo pero ahora solo pueden coincidir si son del mismo aula burbuja”, explica.