Empezar por lo más dificil o desayunar una rana
El escritor Mark Twain decía que si uno desayuna rana, todo lo que coma después le parecerá riquísimo. Desde el punto de vista del aprendizaje, eso supone que la primera tarea debe ser la más dura y complicada, o la que menos apetezca, porque es una manera de acelerar el aprendizaje. Esta al menos es la propuesta de varios profesores en la web Edutopía, con un añadido interesante: en sus clases son los alumnos los que aconsejan a otros compañeros por dónde tienen que comenzar con sus deberes. Los consejos entre iguales tienen más éxito y así pronto los estudiantes se acostumbran a establecer unas prioridades que les beneficien.
Según explica Pamela Cantor, fundadora y asesora de la oenegé Turnaround for Children, a los jóvenes hay que enseñarles las habilidades ejecutivas, es decir, que sean capaces de organizar, que es lo mismo que priorizar y delegar. La priorización permite a los estudiantes manejar y reducir su estrés, lo cual les ayuda a acelerar el aprendizaje.
En la clase de Catherine Paul, profesora en una escuela de secundaria en Portland (Oregón) en el equivalente a 2.º de ESO, los estudiantes se acostumbran a comprometerse con su aprendizaje y a analizar sus acciones, y una de las cosas que hacen es organizar su tiempo. En vez de ser la maestra la que diga “primero haz esto o lo otro”, son los propios compañeros los que valoran el proceso. En el sistema estadounidense, la educación está personalizada, cada alumno tiene materias que a lo mejor no comparte con nadie de sus clases principales. En la clase de Paul, un alumno sale voluntario y explica cuáles son sus deberes y fechas de entrega, frente a lo que sus compañeros le aconsejan sobre qué debe priorizar.
Y la docente le indica que se debe establecer un protocolo, las decisiones tienen que tener una lógica y así les enseña a desarrollar sus funciones ejecutivas. Es Catherine Paul la que habla de la rana de Twain y explica: «Les digo que afronten primero su rana porque después todo lo demás les parecerá más fácil». La rana, razonan los alumnos, es lo más importante de asimilar, y lo complicado.
Este proceso de selección, categorizacion y ordenación de tareas les permite a los alumnos darse cuenta de qué tienen que hacer y su dificultad. «En el momento que priorizan, ya están listos para trabajar, saben lo que tienen que hacer de una forma muy clara», dice Paul. Y Cantor termina: «Así se construyen las habilidades de la función ejecutiva entre los niños».