Niños con altas capacidades: La maldición de ser inteligente
En España se han identificado a 27.747 niños con altas capacidades en el curso 2016–17, según datos del Ministerio de Educación. Pero no están todos los que son. La Asociación Española para Superdotados y con Talento (AEST) estima que deberíamos tener, como mínimo, unos 180.000 alumnos no universitarios con estas características. El propio Ministerio de Educación en una publicación (“Alumnos superdotados, precoces y de altas capacidades”) del año 2000 reconoce que en España había 300.000 alumnos potencialmente superdotados y que la mayoría no habían sido debidamente detectados. Cifra que, 19 años después, sigue sin alcanzarse. No identificarlos supone un problema: presentan más riesgo de fracaso escolar, ya que necesitan un entorno adaptado a sus capacidades.
“Ser muy inteligente no tiene por qué ser un problema. Estas personas tienen una capacidad mayor para aprender, memorizar y combinar las cosas que aprenden, por lo que suelen ser creativas, capaces de innovar, muy curiosas y con muchos intereses diversos. Todo esto es positivo. Lo que ocurre es que si este tipo de personas no tiene el entorno de desarrollo adecuado, al final, se puede convertir en una maldición”, explica Carmen Sanz Chacón, psicóloga clínica experta en inteligencia humana, superdotación y altas capacidades, autora del libro ‘La maldición de la inteligencia’ (Plataforma Editorial) y directora de la Fundación el Mundo del Superdotado. ¿Dónde reside el problema? En palabras de Carmen Sanz, en dos puntos: en el ámbito educativo, ya que estos niños no se encuentran en el nivel que les corresponde y esto hace que se aburran porque “aprenden muy rápido y el ritmo normal de las clases no les basta, por ejemplo, hay niños que con tres años aprenden a leer cuando en la escuela se les enseña a los cinco, la solución está en adelantarlos de curso, pero primero hay que identificarlos”; el segundo problema se deriva del primero, “al no estar en el nivel que le corresponde, es un niño que destaca porque es más maduro y tiene gustos diferentes al resto, por lo que se suele sentir rechazado por los compañeros y en muchos casos llegan a ser acosados”, señala la psicóloga.
Algo que confirma la Asociación No al Acoso Escolar (NACE), ya que según sus datos, nada menos que un 46% de los niños con altas capacidades –uno de cada dos– sufre o ha sufrido bullying. La razón, según NACE, es que estos niños tienen, desde pequeños, intereses poco coincidentes con los de sus iguales; además, suelen tener respuesta para todo y obtienen muy buenos resultados. Estas características los convierten, a menudo, en el blanco de sus compañeros.
Buscar soluciones
“Lo primero que recomendamos, en el 90% de los casos, es la aceleración de curso”, aconseja Carmen Sanz. La segunda recomendación de esta experta, que además es superdotada (llegó a la universidad con 16 años), se basa en crear un aula abierta para niños con altas capacidades donde se impartan talleres y actividades dentro y fuera del horario escolar. Este tipo de actividades no deben ser solo intelectuales, pueden ser artísticas para complementar su formación.
Desde el punto de vista emocional la psicóloga apunta que este tipo de niños se encuentra mejor con compañeros de su edad mental, es decir, más mayores, “porque un niño de alta capacidad con ocho años es como si tuviera once”. A la hora de identificarlos, se realizan pruebas de inteligencia: inteligencia verbal (vocabulario), inteligencia espacial (puzles), memoria, etc. “La prueba de inteligencia incluye muchas pruebas en las que se valoran diferentes cosas: desarrollo verbal, capacidad de razonamiento, inteligencia visoespacial, etcétera”.
Claves para detectarlos
La psicóloga Carmen Sanz, experta en niños superdotados y con altas capacidades, aporta una serie de puntos que pueden orientar a padres y profesores a identificarlos. Los niños superdotados a menudo”:
-Aprenden a leer muy pronto y tienen gran facilidad con los números.
-Les gusta estar con niños mayores.
-Están en su mundo, abstraídos en sus cosas y son bastante despistados.
-Son muy sensibles.
-Piensan rápido, aprenden rápido y tienen muy buena memoria.
-Son muy exigentes con ellos mismos y con los demás.
-Son hiperactivos mentales, y tienen muchos intereses a la vez.
-Son niños con baja autoestima, retraídos y/o con problemas de conducta, y con poca resistencia a la frustración.
-Tienden a cuestionarlas normas y la autoridad
-Son imaginativos, preguntan mucho y tienen un sentido del humor especial.
Fuente: Padres y Colegios