El Proceso de Copenhague: una cooperación europea reforzada en materia de educación y formación profesionales
La Declaración de Copenhague establece las prioridades del Proceso de Copenhague sobre una cooperación europea reforzada en materia de educación y formación profesionales. El objetivo de este Proceso es mejorar los resultados, la calidad y el atractivo de la educación y formación profesionales en Europa. Intenta promover el uso de las distintas oportunidades de formación profesional en el contexto del aprendizaje permanente y con la ayuda de sus herramientas.
El Proceso de Copenhague abarca:
- una dimensión política, cuyo objetivo es establecer objetivos europeos comunes y reformar los sistemas nacionales de educación y formación profesionales;
- el desarrollo de marcos europeos comunes y herramientas que aumenten la transparencia y calidad de las competencias y cualificaciones y que faciliten la movilidad;
- la cooperación para fomentar el aprendizaje mutuo a escala europea e involucrar a todas las partes relevantes a escala nacional.
Las prioridades establecidas por la Declaración de Copenhague sientan la base para la cooperación voluntaria en materia de educación y formación profesionales. Su objetivo de cara a 2010 es:
- reforzar la dimensión europea en la educación y formación profesionales;
- aumentar la información, orientación y asesoramiento, así como la transparencia de la educación y formación profesionales;
- desarrollar herramientas para el reconocimiento mutuo y la validación de competencias y cualificaciones;
- mejorar la garantía de calidad en la educación y formación profesionales.
- Comunicado de Maastricht de 14 de diciembre de 2004 sobre las futuras prioridades de una cooperación europea reforzada en materia de educación y formación profesionales (EFP)
El Comunicado de Maastricht confirma el éxito del Proceso de Copenhague en lo que se refiere a potenciar la visibilidad y el perfil de la EFP a nivel europeo. Al mismo tiempo, desarrolla las prioridades establecidas por la Declaración de Copenhague. Además, y por primera vez, se establecen prioridades específicas para el trabajo a nivel nacional sobre la EFP:
- aplicación de instrumentos y referencias comunes en la reforma y el desarrollo de sistemas y prácticas de EFP;
- aumentar la inversión pública y privada en EFP;
- recurrir al apoyo de los fondos europeos (como el Fondo Social y el Fondo de Desarrollo Regional) para desarrollar la EFP;
- desarrollar sistemas de EFP que respondan a las necesidades de las personas y grupos desfavorecidos;
- establecer planteamientos de aprendizaje abierto así como marcos de EFP flexibles y abiertos que permitan la movilidad entre distintos niveles y contextos educativos;
- mejorar la pertinencia y calidad de la EFP en colaboración con todas las partes implicadas;
- desarrollar entornos favorables al aprendizaje tanto en los centros de formación como en el lugar de trabajo;
- promover el desarrollo continuo de las competencias de los profesores y formadores de EFP.
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