La pedagogía del ocio: nuevos desafíos
En las últimas décadas, las actividades de ocio se vienen consolidando como un claro refe-rente de desarrollo social, lo que las convierte en un gran desafío para las instituciones públicas y privadas en la búsqueda de la igualdad de oportunidades para el aprovecha-miento del tiempo libre como un contexto lúdico-formativo.
La creciente demanda de intervenciones en el ámbito del ocio es una realidad que nos exige reflexionar sobre la necesidad de ampliar, diversificar, organizar e institucionalizar la oferta de programas renovados y adaptados a la sociedad actual. Pero esto no debe entenderse como actuaciones anárquicas, aisladas o carentes de coherencia en relación con el entorno socio-cultural de la zona, sino que se debe buscar una conexión entre los programas ofertados, la adaptación a las demandas de cada zona y, sobre todo, atendiendo a todo el abanico de edades o etapas evolutivas, desde la infancia hasta la tercera edad, pasando por la adolescencia, la juventud y la persona adulta; desde la marginación hasta los más favorecidos culturalmente, pasando, desde luego, por las personas con minusvalías. En definitiva, ofrecer un disfrute del ocio integral y multidimensional, formal y no formal, basado en las múltiples posibilidades del entorno.