Aprendizaje por proyectos
El aprendizaje por proyectos se va abriendo paso en las aulas. Es un enfoque que puede convivir con los métodos más tradicionales, pero que pone al alumno en el centro de la enseñanza. ¿En qué consiste realmente?
Por Terry Gragera
Matemáticas, inglés, historia, lengua… Hasta hace bien poco cada materia se impartía de forma compartimentada y casi estanca, y no había otra opción, pero un nuevo enfoque metodológico: el aprendizaje por proyectos, ha venido a revisar esta práctica para crear una enseñanza más integrada o interdisciplinar, donde las áreas de conocimiento se interrelacionan, tal como hacen en la vida real. El aprendizaje por proyectos se caracteriza, además, por poner al alumno en el centro, haciéndolo protagonista de los conocimientos que adquiere.
¿En qué materias?
Pero ¿se puede aplicar de forma general este enfoque? “Es un error pensar que el aprendizaje por proyectos sirve para todo. Para unas materias es mejor, pero para otras no tanto. Las investigaciones nos hablan que los alumnos que trabajan con aprendizaje por proyectos puntúan muy bien en procesos de pensamiento de orden superior, como la creatividad, la capacidad crítica, la flexibilidad y las capacidades ejecutivas, y solo un poco mejor en otros procesos relacionados con la memoria”, explica Juan José Vergara, docente y experto en innovación y metodologías educativas activas. “Lo sensato es utilizar cada enfoque en función de los objetivos que tenga el docente. La enseñanza tradicional se ha centrado en determinados procesos como la reproducción, la memoria y el entrenamiento, y ahora el docente debe pensar que los alumnos necesitan desarrollar otras capacidades como la creatividad”, apunta el experto, que es autor de dos obras sobre este tema “Narrar el aprendizaje” y “Aprendo porque quiero. El aprendizaje basado en proyectos, paso a paso”, ambas editadas por SM.
El alumno, protagonista
El aprendizaje por proyectos sitúa al alumno como protagonista de su propia enseñanza. “Nos da la oportunidad de introducir nociones nuevas con unas dinámicas lúdicas y divertidas, por lo que los alumnos lo acogen muy bien”, señala Begoña Hernando de Luis, profesora de Infantil del Colegio Divino Maestro de Granada. En su clase, este trimestre el proyecto se centra en el Polo Norte, “vemos las estaciones, conceptos matemáticos, inmersión lingüística, el cambio climático, la naturaleza, el medio social, vestimentas, alimentación, valores…”, detalla. “Los alumnos se implican más y aprenden de forma diferente casi sin darse cuenta, además, los animamos a investigar cada fin de semana, con lo que estamos creando una rutina de estudio y deberes que les servirá cuando pasen a cursos superiores”, indica la docente. La ventaja del aprendizaje por proyectos en cursos superiores en los que los alumnos suelen perder la motivación por el estudio es innegable: “Aprendemos cuando nos encontramos algo que habla sobre nosotros o que nos implica. En el aprendizaje por proyectos el contenido se adapta al alumno para que lo pueda llevar a la vida”, precisa Juan José Vergara. “Cuando el alumno está inmerso en un proyecto y se da cuenta de que el contenido habla de él y que puede hacer de ello algo real se siente muy feliz y disfruta la experiencia”, destaca. Asimismo, este enfoque fomenta el trabajo cooperativo entre el alumnado y sus propias habilidades para adquirir conocimientos.
Más allá del centro escolar
Para Juan José Vergara, experto en innovación,el aprendizaje por proyectos es una gran oportunidad para que la educación influya decisivamente en la realidad. “Tenemos un mundo en colapso y la educación deber tomar partido para formar a personas capaces de reinventar este mundo y hacerlo más habitable, repensando la identidad, la igualdad… Se necesitan personas con capacidad crítica y que busquen soluciones, y esto no se desarrolla del todo con el enfoque educativo tradicional y sí con el aprendizaje por proyectos, por lo que hay que apostar por él”, señala.
El papel del profesor
Pero si los alumnos tienen autonomía, ¿significa esto que el papel del profesor queda atrás? “Trabajar por proyectos supone un trabajo extra para los docentes porque tienen que preparar mucho material fuera de la jornada lectiva. Es un proceso continuo que va a dar resultados a largo plazo, pero que necesita de la implicación de los profesores para tener esa necesaria continuidad”, explica Begoña Hernando. Por su parte, Juan José Vergara señala: “Con los alumnos brillantes vale todo, pero a los que plantean problemas de aprendizaje no les sirve en muchas ocasiones una enseñanza tradicional. Es ahí donde el docente debe decidir otro enfoque como trabajar por proyectos”. El aprendizaje por proyectos puede aplicarse en cualquier etapa educativa.
El apoyo de las familias
El aprendizaje por proyectos tiene un factor más que lo hace interesante,y es que en muchos de ellos se pide la participación de la familia, ya sea para buscar información, hacer talleres, construir decorados o para asistir a la exposición oral de sus hijos al finalizar el proyecto “Es otra forma de contacto con las familias, menos oficial que la tradicional en la tutoría, y que permite que los padres puedan ver cómo se trabaja en el colegio y las dinámicas del aula.
A los alumnos les encanta ver a sus padres en clasey así logramos que colegio y familia vaya en la misma dirección”, apunta Begoña Hernando, profesora del Colegio Divino Maestro de Granada.
Fuente: Padres y Colegios